jueves, 8 de abril de 2010

Capítulo 4: Sólo el humano tropieza con la misma piedra.

No hacia falta girarse para saber quien estaba allí.

-Jonghyun.- Susurró Sunmi- la mujer del establecimiento- mirando fijamente dirección a la puerta de entrada.

Mis ojos y mi cabeza se desplazaron unos centímetros, lo suficiente para verle, pero, ¿Cómo había podido llegar tan pronto?
Soohyun había colgado el teléfono hace apenas un minuto, era imposible llegar en tan poco tiempo desde el aeropuerto.

-Jonghyun ¿Qué haces aquí tan pronto? -Preguntó Soohyun.
-Esperé en el aeropuerto, pero después de un tiempo vi que no llegaba y vine aquí.-Dijo el chico mientras entraba en la zona detrás de la barra y cogía un refresco de un mini refrigerador. Pero de pronto el hombre cogió al joven del cuello de la camiseta que llevaba y lo alzo casi en el aire.
-¿Cuánto tiempo esperaste?

El tiempo pasaba lentamente, podías oír la respiración de Soohyun, como Jonghyun tragaba saliva e incluso podías percibir en el ambiente como los ojos de este cambiaban lentamente su dirección.

-Quin… -Susurró - quince minutos…

Soohyun soltó en el aire a Jonghyun, dejando que este cayera al suelo. Parecía que nadie más de este local pudiera ver lo que ocurría a sus espaldas, nadie hacia caso de lo que acababa de pasar, ni una mirada por encima del hombro, ni una palabra que se alzara por encima de las demás… ni siquiera Sunmi parecía tener interés en la conversación.

-Acompáñame un momento a la trastienda.- Dijo Soohyun, andando decididamente hacia la trastienda dejando en el suelo a Jonghyun.

Pocos segundos después este se levantó rápidamente y siguió a su padre con la mirada gacha.
Me quedé quieta, una costumbre que había tomado nada más llegar a este país, parecía todo tan normal, y en un momento la tranquilidad se echó a perder.

-No te preocupes por Jonghyun-Me dijo Sunmi- su padre lo trata con dureza porque quiere que sea alguien de provecho en el futuro.
Volví a reaccionar en ese mar de silencio, miré a Sunmi que se estaba quitando el delantal que llevaba, y lo dejaba sobre la barra.
-Vamos te enseñaré tu nueva habitación.

No tardamos mucho en llegar a mi nuevo dormitorio. Sólo hacia falta salir del restaurante y dirigirse un poco a la derecha, donde había una larga escalera de acero que llevaba hasta el primer piso de la casa familiar, seguir un largo pasillo y después girar a la izquierda.
Nada más abrir la puerta de mi nueva habitación se podía observar lo vacía que estaba, solamente había un pequeño escritorio justo a la izquierda de la puerta, y una cama un poco desgastada frente al escritorio.
Deje la maleta junto a la cama, y me acerqué a la otra pared, donde había un gran armario que cubría casi toda la pared.

-Utiliza solamente estas dos.-Dijo Sunmi señalando a dos de la cuatro puertas-las otras dos las utilizamos para guardar cosas viejas.

Una pequeña mirada melancólica se dibujó en su rostro redondeado, aunque solo por unos segundos, ya que nada más volver a fijar su vista en mí su mirada se volvió serie y tranquila de nuevo.

-Dejaré que te acomodes, te avisaré cuando esté la cena…-Y acto seguido desapareció de la habitación cerrando la puerta tras de si.

Me dejé caer sobre la cama para comprobar su comodidad, y como parecía no era demasiado confortable, el colchón parecía haber tomado la forma de otra persona, y tenía un extraño olor a polvo. Me levanté y abrí la maleta, empezando a sacar todas las cosas que había en ella: ropa, zapatos, libros, electrónica…, pero me paré al sacar un pequeño álbum de fotos.
Me volví a sentar en la cama y empecé a ojear las paginas del álbum, recordando viejos tiempos, anécdotas divertidas, tristes e incluso desagradables.
Solté un gran suspiro y después volví a cerrar al álbum dejándolo en uno de los cajones del escritorio.

-Boram es hora de que crezcas, necesitas empezar una nueva vida, tú vida… -Pensé para mis adentros.

Seguí guardando toda la ropa en el armario que me habían dejado para mí, y nada más terminar de guardarlo todo, justo cuando se debería oír el golpe de la puerta del armario chocar contra la pared, se escuchó otro segundo golpe, como si algo hubiera caído de alguna de las estanterías, pero lo extraño de eso es que no se escuchó en la zona de mi armario, sino que el ruido provenía del otro armario.
Mis ojos se posaron sobre las paredes blancas del armario. Había visto demasiadas películas de terror a lo largo de mi vida, y para mi desgracia no sabía controlarlo bien. Cualquier otra persona hubiera hecho caso omiso a no abrir ese armario, pero yo salí a toda prisa de mi habitación, deseando encontrarme con alguien lo antes posible.
¿Qué peligro podría haber en un armario? Pero en ese momento la imaginación puede causar malas pasadas.
Como salí a toda prisa de mi habitación no me dio tiempo de cerrar la puerta, y menos tiempo me dio a apartarme de la trayectoria de Jonghyun, así que los dos nos chocamos y caí sobre él. Así me quede durante unos segundos, dando gracias de haber encontrado a alguien, pero a la vez muerta de vergüenza por lo que acababa de ocurrir, asta que Jonghyun dijo algo:

-¿Puedes levantarte de encima?-Dijo con un extraño tono de voz, mezclando la vergüenza con un tono serio.

Me alcé rápidamente, aunque casi no me hizo falta fuerza alguna ya que él me levantó por uno de los brazos, mientras se levantaba él mismo.

-¿Adónde ibas con tanta prisa?-Dijo en un tono de reproche y enfado.
-A… al…
-¿Al…?
-¡Al baño!-Dije con la mirada gacha, notando como mi cara comenzaba a calentarse. Salí andando deprisa casi a la carrera, y abrí una de las puertas que había en el pasillo.
-Es la de enfrente…

Cerré lentamente la puerta que parecía ser el dormitorio de los padres, y me giré para entrar en la otra habitación. Cerré la puerta tras de mí y me senté sobre el váter, apoyando mi cabeza sobre las piernas, avergonzándome de lo estúpida que había sido y del ridículo que había hecho frente a Jonghyun.

-Empezamos bien… -Pensé mientras chafaba mi cabeza contra las piernas.-¡Oh!, había quedado en llamar a mamá nada más llegar…

Saqué la Black Berry de uno de los bolsillos de mi chaqueta, y me levanté de la taza del váter para llamar a mi madre desde la entrada de la casa-No la llamaría dentro del baño, y tampoco volvería tan pronto a mi habitación- cogí el pomo de la puerta y lo giré para salir de allí con tan mala suerte que nada más salir me choqué de nuevo con alguien. Alcé la vista y llegué a divisar los ojos de reproche de Jonghyun.

-Es cierto que el ser humano puede tropezar más de una vez con una piedra, y en mi caso esa piedra tiene nombre “Jonghyun”.

3 comentarios:

ÁngelLT dijo...

Jjajaja muy bueno este capi :D

(http://nadiemeentendera.blogspot.com/)

Maly dijo...

xD me encanta! pobre chaval con su padre jajajaja

Carlota Isabel Lifante Baeza dijo...

Este capítulo sí que mola...Se ve la tensión sexual que empieza a haber con los personajes, por lo menos por parte de Boram. Ahora es cuando verdaderamente empieza a engaanchar...Espero que ahora que yo también me voy de intercambio a Polonia, no me toque una habitación como la de Boram que si no me muero!xDDDDDD
yo tbn hare publicidad engañosa como ángel, jum, que me mola hacerle la competenciaMUAJAJAJAJA: http://lovingmeghannebynes.blogspot.com/

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