sábado, 11 de diciembre de 2010

Capítulo 24.

Me abalancé al interior de la habitación, me senté en la cama sujetándome la cabeza con ambas manos.
Esto no podía estar pasándome a mí, sin duda era fruto de un mal sueño, y debía despertar de él. Sentí una extraña ráfaga helada a mi espalda pero no me hacia falta girarme para saber que él ya estaba tras de mí, escuche una respiración entre cortada cerca de mi oído, pero no levante la cabeza.

-Boram… - Susurró, dejando que su aliento chocara contra mí.

Sentí como un escalofrío recorría mi espalda y no pude evitar subir las piernas sobre la cama para abrazarlas con ambos brazos. Era imposible pensar que todo aquello podía ser real, como si una simple fantasía cobrara más y más fuerza hasta el punto de confundir si realmente todo aquello estaba sucediendo o no.
Sin el más mínimo sonido las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos, y no podía hacer más hasta esperar a que todo aquello pasara, a descubrir día que ya había despertado de ese mal sueño.

-¡Boram! - Se escuchó de nuevo.

Pero Boram estaba demasiado abatida y confusa para diferenciar lo que ocurría en la realidad y lo que ella se pensaba que estaba soñando.

-¡Boram voy a entrar! - Y la puerta se abrió de par en par dejando ante ella a un Jonghyun confuso al ver a la chica en esas condiciones sobre la cama. - ¿Pero que…?

Avanzó lentamente por la habitación hasta ponerse frente a mí, y como si de un acto reflejo se tratara cayó de rodillas al suelo y me abrazó lo más fuerte que podía.

-Nada de lo que ha pasado es tu culpa. -Empezó. - Por favor no sigas odio verte así…

Las lágrimas seguían cayendo por mis mejillas, pero ahora se debían a Jonghyun, al extraño abrazo que la reconfortaba, pero, seguía lloran ya que nunca sería tan valiente como para contarle lo que le sucedía a Jonghyun, que nunca podría volver a abrir los ojos si sabía que él la tomaba como una demente, si no creía ni una sola palabra de esa historia que tanto la atormentaba.

-Yo… - Susurré, pero me detuve al comprobar que Jonghyun había aflojado su abrazo y ya no me apretaba tan fuertemente contra su pecho.

El miedo volvió a invadirme, no podría soportar que se separara de mí, no podría soportar observarle con unos ojos fríos contra mí.

-T… te necesito a mi lado… -Dije dejando escapar las palabras como un débil susurro, deseando que él nunca las hubiera escuchado, pero al mismo tiempo agradeciéndome el peso que me había quitado decir esas simples palabras.

-Boram, yo nunca voy a dejarte…

Se alejó un poco de mí y me levantó la cabeza para obligarme a mirarle a los ojos. Unos ojos oscuros y profundos, unos ojos en los que me perdía, unos ojos en los que ya nada más me daba miedo, en los que nada más aparte de ellos tenía sentido.

-Eres parte de la familia ahora… nunca te abandonaré.

Descubrí de nuevo el frío en mi interior, un nudo se propagó a mi garganta y de repente comprendí que él nunca me vería como alguien más aparte de su “nueva hermana” , una niña que no tenía un cuerpo de mujer, una niña que se comportaba como una cría, una niña a la que nunca podría ver como a una mujer.

-Yo… - Balbuceé, pero vi tras de Jonghyun a Yoseob, quieto, con una expresión sombría en su cara y los ojos clavados en mí.

Aparté mi cara de la de Jonghyun como si me avergonzara de la proximidad entre nuestros rostros y una gran mascara tallada durante años se colocó sobre mi rostro.

-Tienes razón, no debería comportarme así… - Dije mientras me secaba las lágrimas y me forzaba a esbozar una pequeña sonrisa.

Jonghyun me miró de arriba abajo sin saber si estaba bien realmente, pero una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro y se levantó del suelo.

-Ya sé lo que necesitas, espérame aquí.

Y después de decir eso salió de la habitación, dejándome a solas con él, que me mirada con esos ojos fríos que habían aparecido nada más abrazarnos Jonghyun y yo.
Lo miré fijamente y sentí como él escudriñaba dentro de mi interior a través de su mirada.


-Él no te entiende, no al menos como yo. - Dijo Yoseob con un tono amenazador en la voz.

Comenzó a caminar por la habitación rumbo hacia mí, pero al ver que yo retrocedía y golpeaba la espalda contra la pared se paró. Dulcifico un poco su voz y dijo:

-Nadie te entenderá nunca excepto yo, veo claramente lo que pasa por tu cabeza, tus miedos, inseguridades… y sé que nunca nadie te aceptará tanto como lo estoy haciendo yo.

-¿Qué quieres decir? - Dije con un tono serio, intentando que no se notara que me horrorizara que alguien aparte de mí supiera todos los secretos que se escondían en mi cabeza. - ¿Acaso insinúas que me haces un favor aceptándome porque sabes que nadie lo hará? No necesito tu lástima, me iría mucho mejor si tú no estuvieras aquí.

Me iba a levantar para plantarle cara a Yoseob pero justo en ese momento alguien apareció por el marco de la puerta. Era Jonghyun, y llevaba dos cuencos en cada mano, cada uno con varias bolas de helado.
Me reconfortó la amplia sonrisa que se dibujaba en su cara, y no pude evitar asociar ese gesto a que estaba intentando consolarme, así acepté que prefería estar cerca de él aunque me viera como una niña a no estar nunca más a su lado.

- ¿Por qué no nos sentamos en las escaleras?- Dijo ofreciéndome un bol.
-Como en los viejos tiempos…

martes, 23 de noviembre de 2010

Capítulo 23.

Llegué al comedor y me senté en mi sitio como si nada hubiera ocurrido, cogí mis cubiertos y comencé a comer con ellos.

-Boram estás pálida, no deberías preocuparte tanto por Dongwoon él está bien, sus padres lo visitan a menudo…

-Mentira. - Pensé mientras comenzaba a masticar un trozo de zanahoria.

-Además, ese chico siempre ha sido muy solitario desde…

Todo quedó en silencio, note como las caras de las personas que estaban frente a mí comenzaban a palidecer, sabía que se referían a la muerte de Yoseob, pero claro, yo no debería saber nada de eso.
Jonghyun confió en mí contándome ese secreto pero dudaba que también hubiera sido tan valiente como para contarles a sus padres de que yo lo sabia todo, de que por su culpa una locura irremediable estaba creciendo dentro de mi cabeza.

-Ha sido muy solitario desde siempre. - Se apresuró a terminar la frase Sunmi. - Necesitamos que descanses más, Boram.

Asentí levemente con la cabeza mientras no levantaba la vista del plato, intentaba con todas mis fuerzas dejar todos aquellos pensamientos fuera de mi cabeza, hacer como si nada de esto hubiera pasado. Suspiré débilmente mientras me daba por vencida cuando noté un escalofrío en la espalda.

-No han cambiado nada…

Abrí los ojos de par en par al escuchar la voz de Yoseob detrás de mí, giré la cabeza disimuladamente para cerciorarme de que ahí estaba y lo vi apoyado contra la encimera de la cocina, observando como si nada lo que ocurría a su alrededor.

-Todo es tan extraño, no hay ni un solo recuerdo de mí, es como si ya se me hubieran olvidado.

Miré a Jonghyun, a Sunmi y a Soohyun; esperando ver algún índice de que estaban escuchando tan bien como yo la voz de su hijo y de su hermano, pero no fue así, estaban ensimismados en su comida.
Sentí otra extraña sensación justo cuando Yoseob se movía en dirección a su madre.

-¿Por qué me has olvidado mamá? - Dijo mientras se agachaba y se ponía a la altura de la cara de Sunmi, tan cerca que habría jurado que el aliento de Yoseob chocaba contra su mejilla.

-¡SUNMI!

Todos me miraron extrañados -incluido Yoseob- a la espera de lo que tendría que decir, pero al ver que no hablaba Sunmi me preguntó extrañada lo que pasaba.

-¡Eh! Creo que… la comida está deliciosa, muchas gracias.
-Oh, claro… - Sunmi me miró extrañada mientras me hacia una mínima reverencia de cabeza, pero no tardó demasiado en volver a comer, no sin antes volver a mirarme de arriba abajo, seguro que pensando que necesitaba mucho descanso en los próximos días.

Miré hacia donde se encontraba Yoseob y lo descubrí admirándome con una sonrisa burlona, comenzó a andar en mi dirección y apoyó una mano en mi hombro izquierdo. Me puse tensa al sentir esa extraña sensación. No era como un contacto normal, no sentía siquiera que algo rozara mi piel, pero sin embargo sabía que algo estaba allí y una de sus manos reposaba sobre mí.

-Boram deberías descansar, ya comerás después. - Dijo Jonghyun mientras me observaba apoyando los cubiertos sobre la mesa, con las manos en tensión.

Miré a mi alrededor de nuevo y pude comprobar que Sunmi y Soohyun me observaban con curiosidad.

-Sí, tienes razón “dongsaeng” - Dijo Yoseob mientras levantaba la mano de mi hombro y se dirigía a su padre. - Boram debería descansar… ¿Pero tú que opinas padre?

El hombre permaneció en silencio como si no hubiera escuchado nada, pero justo cuando Yoseob colocó una de sus manos sobre el hombro de este comenzó a toser como si se hubiera atragantado con la comida.

-¿Preferirías que se fuera a descansar? O quizás ¿Preferirías divertirte un poco con ella?

La tos de Soohyun empeoró hasta el punto de que su cara comenzó a ponerse colorada. Sunmi se levantó de su asiento y le ofreció agua mientras le golpeaba débilmente la espalda.
Miré a Yoseob atónita, esperando que no fuera él la causa real de todo aquello.

-Cariño ¿Estás bien?

Pero Soohyun no paraba de ponerse más rojo con el paso del tiempo.

-¡Jonghyun haz algo! ¡ Llama a alguien! - Decía Sunmi a punto de derramar las lágrimas que se acumulaban en sus ojos.

Yoseob parecía divertirse con esa escena, pero yo no podía ver más aquello, no podía soportar la sonrisa de satisfacción de su cara al estar acabando con la vida de su propio padre.
Me levanté de mi asiento y aparté casi de un empujón a Sunmi, apoyé mi mano justo donde la tenía Yoseob y le miré directamente a los ojos, suplicándole que dejara todo esto de una vez.

-Por favor… -Susurré esta vez para que me pudiera oír de verdad, y en el acto la rojez de la cara de Soohyun desapareció como lo hizo Yoseob.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Empieza el curso~~ T_T


Bueno como ya sabéis las vacaciones se acaban y comienzan las clases, pero, no solo para nosotros. Boram empezará pronto su primer curso en la universidad de Seúl y espero que todos podáis seguir su vida día a día.

Nuevos personajes, nuevos retos y más obstáculos se ponen frente a la vida de esta pobre chica. Descubrirlo muy pronto!! ^^

*Nuevas entradas de inmediato*

martes, 10 de agosto de 2010

Capítulo 22.

Seguía ausente, sentada en la ducha, dejando que el tiempo pasase mientras el agua recorría mi cuerpo, como si pudiera llevarse todas las preocupaciones consigo. Escuché unas pisadas que se adentraban en la casa y me avisaban de la llegada de alguien.

-¿Boram? - Se oyó la preocupada voz de Sunmi. - ¿Sigues en el baño?
-¡Sí, ya salgo! - Dije mientras me levantaba sin apenas ganas y me comenzaba a secar.

Me vestí a toda prisa, dejando el baño en condiciones para la próxima persona que entrara, pero, cuando me dispuse a salir por la puerta tropecé con alguien, mi cabeza quedó pegada en el torso de alguien, retrocedí varios pasos alzando la cabeza para ver con quién me había tropezado, aún sabiendo quién era realmente.

-L-lo siento. -Dije mientras miraba a Jonghyun directamente a los ojos.
-No pasa nada. - Dijo apartándose de mí y pasando de largo hacia su habitación como si nada hubiera ocurrido, como si no tuviera más importancia que una simple frase.

Bajé de nuevo la cabeza y comencé a andar con rumbo a mi habitación; lancé la ropa y el neceser en un rincón de la habitación mientras me dejaba caer en la cama, -humedeciendo la colcha a causa de mi cabello mojado- me pesaban los ojos, me pesaba el alma, estaba cansada, así que no hice ningún esfuerzo por luchar contra el sueño que me acechaba.

“Desperté en medio de un prado, pero, no había ni una sola flor, la hierva se alzaba frente a mí tan fresca y verde cómo nunca antes la había visto, el cielo estaba encapotado y en el ambiente aún se podía respirar el reconfortante olor de la tierra mojada.
Comencé a andar por el prado con un vestido blanco y de algodón, los pliegues se balanceaban por mi piel blanca, dándome un aspecto vaporoso y casi irreal; anduve dando círculos sin saber hacia donde dirigirme, tenía la sensación de que algo se me pasaba, de que estaba allí para hacer algo, pero sin embargo no recordaba el qué.
Escuché una voz tras de mí y me giré rápidamente en un acto reflejo, encontrándome así con unos ojos oscuros, unos ojos familiares para mí, mirándome fijamente.

- Despierta. - Dijo Yoseob dulcemente.

Estaba frente a mí, vestido casi por completo de blanco, como si intentara combinar con mi vestido, me miraba fijamente a los ojos, parado sobre la hierba, esperando a descifrar lo que sentía. Alzó lentamente una mano hacia mí y comenzó a acercarse a mí, retrocedí asustada ya que la última vez que había soñado con él sólo había sentido dolor ante su contacto, él me vio retroceder, pero no aminoró su paso y siguió acercándose a mí con la mano en alto dirigida hacia mí.
Llegó a mí en pocos segundos y con las yemas de sus dedos comenzó a acariciar mi mejilla hasta acabar en la barbilla, sentí un escalofrío en la columna, pero sin embargo no fue algo desagradable. Acercó su rostro un poco más al mío y lo sujetó con ambas manos, abriendo lentamente la boca.

-Despierta de este sueño, abre los ojos por primera vez en toda tu vida, déjame llegar hasta ti…

Por un segundo sentí la necesidad de abrazarle, de besarle, pero esa necesidad se esfumó al notar una extraña sensación en mi interior. Notaba como Yoseob se adentraba en mi cabeza, en mis pensamientos, me estaba leyendo con la mirada. Sentí como una pequeña luz en mi interior se encendía e iluminaba una parte de mi cabeza que hasta muy poco había estado completamente a oscuras.”

Me levanté de la cama de un salto, respirando agitadamente e intentando recomponer los trozos del sueño que se habían quedado desperdigados por mi cabeza. Me pasé la mano por el pelo todavía húmedo cuando escuché algo tras de mí, me giré rápidamente, pero palidecí al ver lo que había frente a mí.

- Echaba de menos mi cuarto. - Dijo Yoseob con una amplia sonrisa en su cara, sentado en la repisa de la ventana y dejando que los últimos rayos del sol del atardecer le impactaran de lleno en la cara. - echaba de menos todo esto…

-Tú… - Susurré mientras intentaba poner de pie fallidamente.

Yoseob me miró directamente a los ojos y se levantó de la repisa para acercarse a mí. Retrocedí ante el miedo de saber que eso no era un sueño, de que el no era real.

“No podía serlo, él estaba muerto.”

Yoseob no paró de acercarse a mí, hasta medio sentarse en la cama, en donde yo me había acurrucado en el extremo más alejado. Yoseob hizo el amago de levantar la mano para tocarme, pero se paró después de pensar durante unos momentos.

-Gracias… - Dijo mientras parecía que buscaba algo en sus propios pensamientos.

Yoseob se levantó de la cama y se alejó un poco de mí al ver la reacción que había tenido al verle.
Seguí acurrucada en mi cama, viendo como el hermano muerto de Jonghyun caminaba dando círculos por mi habitación, o mejor dicho la suya. Se paró frente al armario e intentó abrirlo, pero después de varios intentos fallidos se dio por vencido y me miró con cierta molestia en el rostro.

-Esto no debería ser así, yo… debería poder…

Pero calló de inmediato cuando escuchó la voz de Sunmi a través de la puerta de la habitación.

-Boram, ¿Estás ahí? La cena ya está en la mesa.

No aparté la vista de Yoseob ni un segundo, pero respondí como si nada ocurriese realmente.

-Ya voy. -Dije intentando poner un tono de voz neutro.

Me alcé de la cama sin apartar los ojos de él, pensando que todo era fruto de mi imaginación, que no era más que algo irreal creado por mi cabeza.
Me acerqué un poco a él y alargué el brazo para poder tocarle, pero mi mano lo traspaso como si realmente solo fuera una fantasía creada por mí.
Él sostenía su mirada clavada en mí sin decir nada, como si supiera realmente que no iba a creer que él estaba allí realmente, como si lo tuviera asumido. Me alejé unos pasos hacia la puerta, me sorprendió la rapidez con la que había asumido esa visión, la rapidez con que estaba asumiendo que tenía un grave problema, un problema que debería comentar con el psicólogo de la universidad de forma sutil.
Abrí la puerta de la habitación y salí de ella, perdiéndome por el pasillo, esperando que para cuando regresara él ya no estuviera él allí.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Capítulo 21.

Abrí los ojos y me encontré frente a él, no dejaba de mirarme fijamente con sus ojos rasgados. Se acercó lentamente a mí con las manos alzadas, debía asustarme, pero sin embargo, no quería huir.
Se paró a escasos centímetros de mí, colocó sus manos sobre mis hombros y acercó su rostro al mío, dejando su boca a escasos centímetros de mi oído.

-Es hora de que despiertes Boram… - Dijo con una voz aterciopelada.

Sentí como su respiración chocaba contra mi rostro, pero, ese pequeño placer desapareció por completo cuando sentí un profundo dolor en mi costado, bajé las manos hacia esa zona y me asusté al notar algo viscoso y cálido entre los dedos, el dolor se intensificó aún más y no pude evitar desviar mi mirada de los ojos de Yoseob hacia la herida que sangraba abundantemente.
Abrí los ojos de par en par e intenté gritar, aunque de mi garganta no salió ningún sonido.

-Debes despertar… - Susurró Yoseob mientras me desplomaba entre sus brazos.

Abrí los ojos asustada, miré hacia todas direcciones pero no lo vi, me aparté el pelo de la cara mientras asimilaba que sólo había sido una pesadilla. Me levanté de la silla donde había estado durmiendo y me acerqué a la cama de Dongwoon que descansaba placidamente ya casi recuperado de las heridas, parecía imposible que hace apenas una semana hubiera sido ingresado.
Durante este tiempo apenas había salido del hospital, al conocer el incidente los padres de Jonghyun vinieron enseguida al hospital para ver como estaba. Me llevaron de vuelta a casa, pero, después de 2 días decidí volver al hospital ante la insatisfacción de Sunmi y Jonghyun, que ponían como escusa que se acercaba el primer día de clases.
Conocí a la madre de Dongwoon y le pedí perdón por mi imprudencia.

Miré con cariño como dormía Dongwoon y recordé el momento que me vio entrar por la puerta de la habitación, estaba solo y me miró con una extraña expresión en la cara. Me disculpé nada mas entrar y eso hizo que se sintiera aún más incómodo. No hablábamos demasiado cuando yo iba a visitarle, simplemente estábamos en compañía, no quería que se quedara sólo y poco a poco formamos una extraña relación de amistad.

Salí de la habitación para comprar una botella de agua de una de las maquinas expendedoras que había en la planta. Arrastraba los pies por el suelo, dejando que el sueño me dominara casi por completo, conseguí meter el dinero en la maquina, recogerla y regresar a la habitación sin problemas. Nada más llegar me deslicé de nuevo por la silla e intenté abrir la botella de agua.

- ¿Tienes problemas para abrirla?

Alcé la cabeza y contemplé a Dongwoon, miraba fijamente a mis manos -que intentaban abrir el tapón de la botella- y esbozó una pequeña sonrisa burlona en su rostro.

-Me has asustado…
-Vamos déjamela, yo la abriré. - Dijo mientras se incorporaba en su cama.
-No creo que puedas. -Dije mientras le pasaba la botella.

Miré con incredulidad como Dongwoon abría sin problemas el tapón de la botella y me la pasaba ya abierta.

-No deberías venir tan a menudo, necesitas descansar. - Su mirada se perdió por unos segundos entre el paisaje que ofrecía la ventana de la habitación - dentro de poco comienzan las clases.

Asentí ligeramente con la cabeza, pero evité seguir con ese tema.

-¿Acaso no estás nerviosa? Es tu primer año aquí.
-Sí...

Nos quedamos en silencio, ambos con la mirada hacia otra parte.

-Ya veo… -Dijo Dongwoon restándole importancia a mi respuesta cortante.
-Al menos conoceré a alguien cuando esté allí. - Dije de carrerilla. - aunque tú comenzaras más tarde que yo.
-No iremos a la misma clase, ni siquiera al mismo curso, y… puede que nuestros descansos no coincidan.

Ahogué un suspiro en mi interior y deje la botella de agua en la mesilla que había junto a la cama de Dongwoon. Conocería a Jonghyun, pero, no me sentía con las fuerzas suficientes para estar a su lado durante todo el día, además el también tenia su vida.

-Sí, tienes razón. -Dije mientras alzaba la cabeza para dibujar una pequeña sonrisa en mi cara.



-¿Ya has vuelto? - Me pregunta Sunmi detrás del mostrador mientras atiende a un cliente.
-Sí. - Dije con apenas ganas- ¿necesitas ayuda?
-Tranquila, Jonghyun está en la cocina con su padre y aquí no hay demasiado trabajo, puedes subir a darte una ducha.

Asentí lentamente mientras salía del restaurante, desde que ocurrió el incidente Sunmi se comportaba de una forma extraña conmigo, ahora se mostraba más “feliz y comprensiva” como si estuviera intentado restarle importancia a lo ocurrido.

Abrí la puerta de la casa y me dirigí hacia mi habitación, cogí una muda limpia y fui hasta el baño. Me quité toda la ropa -que fui dejando por el suelo- y entré en la ducha. Abrí el grifo del agua, cerré los ojos y dejé que las gotas de agua se deslizaran por mi piel.

-Solamente dos días. - Dije mientras el agua entraba por mi boca.

Pegué la espalda a la pared y me fui deslizando lentamente hasta quedarme sentada en el suelo de la ducha.

-Dos días…

martes, 3 de agosto de 2010

Shinee~~

Aprovechando que hace poco que han vuelto con un nuevo álbum "Lucifer" os presento a otro grupo masculino del panorama Coreano.
...Shinee...

(De izquierda a derecha: Onew, Taemin, Minho, Jonghyun y Key.)
(De izquierda a derecha: Onew, Taemin, Jonghyun, Minho y Key.)


Debutó el 25 de mayo de 2008.
Algunas de sus mejores canciones son:

·Replay
·Love Like Oxygen
·A.Mi.Go
·Juliette
·Ring Ding Dong
·Lucifer

En estos momentos están promocionando su segundo álbum:

~Lucifer~
  1. Up & Down
  2. Lucifer
  3. Electric Heart
  4. A-Yo
  5. Obsession
  6. Quasimodo
  7. Shout Out
  8. Wowowow
  9. Your Name
  10. Life
  11. Ready or Not
  12. Love Still Goes On
Y aquí os dejo algunas de sus canciones:


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jueves, 22 de julio de 2010

Capítulo 20.

Permanecía sentada en una de las sillas de la sala de espera; abrazada a mis piernas que descansaban sobre el borde de la silla, escondiendo la cara de las miradas ajenas, dejando que la vista se perdiera por el paisaje que me ofrecía el gran ventanal que se encontraba frente a mí.
“Vacía, quieta, fría.”

No podía llorar más, estaba cansada, perdida y hundida en un mundo en que no veía que encajase, quizás sería todo más fácil si abandonara, si decidiera acabar con todo esto de una vez.

“Si no existiera.
No tendría que decepcionar a nadie más, no tendría porque volverme a sentir estúpida, no tendría que volver a sufrir nunca más, ya nadie se avergonzaría de mí.”

Levanté la cabeza lentamente, observando la gente que se encontraba a mi alrededor; ojos húmedos, miradas perdidas, hombros hundidos, sonrisas apagadas. Pensé por un segundo lo que ocurriría si me levantase y me intentase matar con el Cutter que se encontraba en un pequeño bote acompañado de lápices y bolígrafos.

“Me levantaría y me acercaría lentamente, nadie podría sospechar lo que rondaría por mi cabeza, nadie sabría por qué lo hago. Lo cogería rápidamente y me cortaría las venas…
No, eso sería estúpido, estoy en un hospital no podría morir si sólo me corto las venas. ¿Una incisión en mi pecho? ¿Un corte a mi aorta? Era tan fácil decirlo, pero, mis piernas apenas se movían ante esos pensamientos.
¿Abandonarlo todo? ¿No se suponía que era fuerte? Que me escondía de los demás, que nadie me volvería a hacer daño.”

Bajé las piernas del asiento y me encaminé hacia la pequeña recepción sin vacilar, asombrada por mi pequeña muestra de valor repentina. No estaba dispuesta a sufrir más, simplemente no quería ver las caras de los demás a la hora de tener que cargar con mis estupideces.
Estaba a pocos pasos de encontrarme con el Cutter, a pocos pasos de decidir por cual de las dos opciones me decantaba, cual sería la menos dolorosa.
Mi mano rozó el frío granito de la repisa, mis ojos estaban clavados en el pequeño recipiente de metal donde se encontraba el arma, pero, me quedé paralizada, conteniendo las lágrimas e intentando calmar mi respiración.

-Boram. - Dijo una voz que se acercaba a mí.

Desvié mi mirada justo a tiempo para ver como Jonghyun me cogía de los brazos y me aplastaba contra su pecho en un abrazo.

-Por fin te encuentro.

Noté el tono de preocupación en su voz, como sus manos no vacilaban ni un segundo en acercarme más a su cuerpo, como su respiración comenzaba a turbarse.

-Lo sien… - Pero no me dejó terminar.
-No digas nada. - Jonghyun hundió su cabeza en mi pelo. - no podría haberme perdonado si ya no te volvía a ver, si mis ultimas palabra hubieran sido “esas”.

Lo abracé fuertemente y hundí mi cara en su pecho, intentando esconder las lágrimas que comenzaban a verterse de mis ojos.

-Jonghyun… - Intenté decir, pero él me apartó de su lado y me miró a los ojos mientras sostenía mi rostro con una de sus manos.
-Boram, nunca dejaré que te hagan daño… eres como una hermana para mí.

Me volvió a abrazar intentado consolarme, pero esta vez ya no lloraba, tenía la mirada perdida en el suelo, repitiendo una y otra vez las palabras que acababa de decir.

“Una hermana“

Debía de sentirme bien al escuchar esas palabras; No estaba enfadado conmigo, no me guardaba rencor, no había odio en sus ojos. Pero, entonces… ¿Por qué sentía como si me hubieran atravesado el corazón? ¿Cómo si todo por lo que estuviera viviendo se derrumbara frente a mí?
Porque, había comenzado a enamorarme de él.

Estaba inmersa en mis pensamientos, no reaccionaba a lo que ocurría a mi alrededor, cuando una enfermera se acercó a nosotros y empezó a hablarnos del estado de Dongwoon. Apenas presté atención a sus palabras, miraba de reojo a Jonghyun, observando como prestaba atención a las palabras de la enfermera.
Estaba asombrada conmigo misma, ¿Por qué él? ¿Por qué no otro? ¿Por qué me tendría que haber enamorado de alguien que vivía en la misma casa que yo y me consideraba solo “una hermana”?
La enfermera terminó de darnos el parte médico y se marchó con cierta prisa, a la par en que Jonghyun descubría que lo estaba mirando. Iba a apartar la mirada, cuando él se abalanzó sobre mí y me besó la frente.

-Todo está bien, vámonos a casa.

Ese beso podría haber significado algo, pero no si sabes que el único sentimiento que él le ponía era como al besar a una hermana menor.

-Nadie sabe que estabas aquí. - Dijo mientras caminábamos hasta la salida.
-¡ESPERA! - Dije parándome en seco. - ¿Y Dongwoon?
-¿Acaso no has escuchado a la enfermera?

Bajé la mirada hacia el suelo y un largo silencio se impuso entre los dos.



Estaba en una de las habitaciones del hospital, sentada frente a la cama de Dongwoon, él permanecía inconsciente, cubierto por las gasas y vendas.
Estábamos ahí desde hacia casi una hora, pero durante ese tiempo no se había despertado.

-Hay que volver a casa, sino se preocuparan…
-Quiero disculparme.
-¿Disculparte?
-Es una historia muy larga…

Hubo un incómodo silencio a continuación, pero el cual Jonghyun no tardó en romper.

-Puedes disculparte cuando la anestesia deje de hacerle efecto, pueden ser segundo, minutos u horas. Y sería oportuno avisar a su madre.
-No quiero dejarlo solo…
-Pero, Boram…
-¡VETE TÚ SI QUIERES!

Jonghyun se calló al instante, cogió su chaqueta y se la comenzó a colocar a medida que se apresuraba por salir de la habitación y cerrarla con un portazo tras de sí.
Cogí mi cabeza con ambas manos y la comencé a apretar lo máximo que podía.

“¿Cómo había sido tan estúpida? ¿Por qué no era capaz de controlarme y callarme de vez en cuando?”

Coloqué los pies en la silla para poder abrazarme a mí misma, aparté el pelo que me caía por la frente e intenté calmarme mientras observaba como Dongwoon descansaba después de este horrible día.

domingo, 11 de julio de 2010

Capítulo 19.

Parpadeé una vez, acto seguido me zafé de 144 y salí corriendo como nunca antes lo hubiera hecho, pensando en el futuro que tenía por delante, en las buenas experiencias que me esperaban, en los buenos recuerdos que tenía que crear.
No miré atrás, sino, hubiera vacilado y no habría sido capaz de seguir con ese ritmo. Notaba varias pisadas tras de mí, pero poco a poco fueron apagándose y dejando escuchar el silencio de la noche mezclado con mi agitada respiración.
No tenía un rumbo fijo, pero por alguna razón sentía hacia donde debía ir. No sentía mi cuerpo, era como si mis movimientos hubieran estado programados, mi cabeza pensaba en girar hacia la derecha, pero mi cuerpo reaccionaba de otra forma, guiándome sin parar un segundo, sentí como mi cuerpo se iba enfriando, como iba perdiendo todo contacto con la realidad, como la vista se iba nublando poco a poco, no comprendía lo que pasaba, pero llegué a ver a lo lejos una pequeña comisaría con las luces encendidas.
El resto fue todo muy confuso, estaba encerrada en mi cabeza, podía ver lo que ocurría, pero no era consciente de mis actos, no era capaz de dominarme.

-En el parque ***** un chico está siendo agredido, pidan una ambulancia.

Era mi voz, pero sin embargo no era capaz de reconocerla. Uno de los policías empezó a hablar por un teléfono que había en la comisaría, mientras que el otro se acercó a mí y comenzó a abordarme con miles de preguntas acerca de lo que les había dicho.
Respondí a las preguntas sin vacilar, mientras observaba como el otro policía se marchaba de la comisaría. Me giré en dirección al policía para observarlo de nuevo, se había levantado y ahora volvía había mí con una pequeña manta entre sus manos.
Intentó tranquilizarme, me aseguró de que no ocurriría nada, de que todo saldría bien.
Se alejó de mí y se adentró por una pequeña puerta que daba a otra habitación, diciendo que me traería algo de comer.
Me levanté intentando dominar mi cuerpo que aún seguía actuando de forma extraña, analicé toda la habitación con mi mirada y me acerqué a un pequeño espejo que había en una de las paredes. Cuando observé el reflejo que había frente a mí palidecí, no era lo que yo esperaba ver, no esperaba ver a aquel joven de nuevo frente a mí, mirándome fijamente con esos ojos tan oscuros como la noche, observándome desde otra parte.
Sentí como las fuerzas me fallaban, los parpados se volvían cada vez más pesados, las piernas apenas podían soportar mi peso, no pude evitar caer contra el frío suelo y desmayarme para caer dentro de un oscuro mundo de sueños, donde seguramente me volvería a encontrar con él.

Abrí los ojos rápidamente, la luz blanca me cegó por unos instantes, pero después de unos segundos pude apreciar lo que ocurría a mi alrededor, estaba en una camilla, con varios tubos de oxigeno metidos por mi nariz.
Me levanté a duras penas y me quité los tubos de la nariz, estaba completamente rodeada por una cortina de color blanco, pero seguía oyendo las voces de las personas que había tras esa cortina, la agarré con fuerza y tiré de ella.
Mis ojos bailaron por el sin fin de camillas y de médicos que se apresuraban de aquí para allá, intentando hacerse cargo de todos los pacientes. Comencé a caminar despacio alejándome de mi camilla, pero esta vez sintiendo cada paso que daba. Seguía llevando mi ropa -algo sucia por el barro y la hierva- pero nadie parecía darme demasiada importancia.
Mis ojos seguían estructurando la sala, hasta que pude observar algo que captó mi atención, me detuve inmediatamente y lo observé con los ojos entumecidos.

- Dongwoon… - Susurré mientras me acercaba más a la camilla en la que estaba tumbado y que los enfermeros se apresuraban en llevar a alguna parte.

Le habían roto la camiseta para observar mejor los cortes que tenía tanto en el abdomen como en los brazos -que no dejaban de sangrar abundantemente aunque los hubieran tapado con varias gasas- , le habían colocado una mascarilla de aire e intentaban por todos los medios mantenerle despierto.
Me acerqué más rápidamente a él, pero en ese momento parece ser que se dieron cuenta de mi presencia y una enfermera se apresuró en atenderme.
Empezó a hablar demasiado rápido y yo apenas podía apartar la mirada de Dongwoon y menos entenderla. La mujer me sujetó la cabeza y empezó a mover uno de sus dedos de un lado hacia otro.

-Estoy bien, estoy bien. - Dije mientras me sacudía las manos de la mujer. - lo conozco. -señalé hacia Dongwoon.- es mi amigo…

La mujer me miró con cara de lástima y después me indico la puerta de una de las salas de espera.

-Ahora tiene que ir a quirófano, tiene varias heridas leves y algunas graves, cuando termine la operación la avisaremos.

Y acto seguido la mujer desapareció en un mar de incertidumbre y locura que se alzaba frente a mí.
Me dirigí lentamente hasta la sala de espera, donde me senté en una de las sillas cercanas a una gran cristalera, en donde podías ver el exterior. La noche comenzaba a marcharse dejando paso a la luz de la mañana. Comencé a pensar en lo que ocurriría en casa, en cómo reaccionarían al no verme, al no saber donde estaba.

“¿Se preocuparían?”

Tenía mucho tiempo por delante, demasiado tiempo para poder pensar en todo lo ocurrido, no quería recordar, no quería enfrentarme a los hechos, no quería tener que asumir esa responsabilidad, pero sin embargo, esa era mi responsabilidad.
Me levanté de la silla y me dirigí hacia un pequeño mostrador donde se encontraban varias enfermeras -que se encargaban del papeleo-, le pedí amablemente a una de ellas si me dejarían hacer una llamada y después de mirarme de arriba abajo me tendió un teléfono de color blanco.
Me dirigí hasta una de las esquinas del mostrador con el teléfono en la mano y comencé a marcar el teléfono de casa.
Escuchaba como el teléfono comunicaba, cada sonido me desconcentraba más de lo que debía decir, las palabras no podían formarse dentro de mi cabeza.

“¿Cómo se lo explicaría todo? ¿Cómo podría decirles un error tan estúpido como ese? ¿Cómo podía decirles que por mi culpa alguien estaba de urgencias en el hospital?”

Alguien descolgó el teléfono, escuche una respiración tranquila acompañada de un pequeño bostezo. Sentí como los ojos comenzaban a volverse cada vez más húmedos, sentenciando que dentro de pocos segundos comenzaría a llorar.

-¿Diga? - Dijo una voz masculina y entonces supe quien era.

Tenía que contestar, pero tenía miedo de que cuando abriera la boca solo pudieran salir varios sollozos de ella.
Pasaron unos segundos hasta que abrí lentamente la boca, pero de ella sólo salió el sonido de una respiración muy desbocada.

- S-soy… yo. -Dije mientras intentaba contener las lágrimas. - estoy en el hospital…

viernes, 2 de julio de 2010

Capítulo 18.

“Morir no es fácil, el cuerpo está diseñado para estar vivo; cráneos recios, corazones fuertes, sentidos agudos… cuando el cuerpo comienza a fallar entran en juego otros factores…
Vivir es mejor que morir, …hasta que deja de serlo, pero, aunque dejar morir a una persona sea lo correcto, algunas personas no están hechas para eso, no les gusta perder y la muerte es como perder. Aun cuando sabemos que no lo es, sabemos que ha llegado la hora y que esta bien.”

-¡CORRE! - Vuelve a gritarme, interponiéndose entre ellos y yo.

Estoy paralizada, el miedo ha hecho que no pueda moverme. Descanso sobre la hierva con 144 en mi regazo, él clava sus uñas en mis muslos, pero, eso sigue sin ser suficiente para poder salir de aquel trance.

-¿¡QUIERES MORIR!?

Su voz suena rasgada, acaba de caer frente a mí, una barra de metal lo acaba de golpear, tirado sobre la hierva que nos rodea hace todo lo posible por levantarse. Mira hacia atrás, sus ojos oscuros se encuentran con los míos, una mirada llena de impotencia y de dolor.

-¡VETE!

Las palabras resuenan en mi cabeza y me hacen despertar, no esta en juego mi vida, no esta en juego mi seguridad, personas que esperan a sus familiares en casa, personas que tienen que enfrentarse a las malas noticias, personas que hacen lo posible por no derrumbarse frente al dolor…
Debía levantarme, debía ser útil, no por mí, sino por él… por Dongwoon.

Tres horas antes.

Mi cuerpo está apoyado en la pared de ladrillos que da a la ventana de mi habitación, sentada sobre el suelo de metal, dejando que la fría brisa de la noche me acune, dejando que el silencio de la noche me tranquilice, que llene el vacío de mi interior con la tranquilidad del momento.
Me pican los ojos, y por más que intente dejar caer las lágrimas no puedo… , no puedo dejar derramar ni una lágrima más. Poso los brazos en las rodillas y dejo descansar mi cabeza sobre ellos, levanto ligeramente la vista, dejando vagar a mis ojos por el paisaje que permanece frente a mí.

- La luna esta llena… - Susurro para mí.

Un ligero maullido capta mi atención, haciendo que mis ojos bajen rápidamente hacia el suelo, donde encuentro una pequeña mancha borrosa, froto con suavidad mis ojos y vuelvo a mirar en esa dirección, donde me encuentro a un pequeño gato de color banco y negro.

-144.…

Me levanto lentamente, ayudándome de la barandilla que había en las escaleras de emergencias, sin dejar de mirar al gato que caminaba con dirección a alguna parte, comienzo a bajar las escaleras sin pensar en nada más, como si no hubiera nada más en el mundo, como si nada más me esperase en ninguna parte. Caminé durante algunos minutos detrás de él, parecía que me estuviera enseñando el camino a alguna parte, ya que no paraba de mirar hacia atrás para asegurarse de que estaba ahí.
Por alguna razón no pensaba en el después, no pensaba en como volver a casa, porque quizás… no quería volver.
Aparecí frente a un pequeño río que separaba las afueras de la ciudad, miré a mi alrededor, nunca había estado ahí, no me sabía el camino de vuelta, pero, por alguna razón no estaba preocupada, divisé de nuevo al gato, que caminaba por la hierba en dirección a los bajos de uno de los puentes que permitía cruzar hacia el otro lado. Lo seguí sin pensármelo demasiado, con la mente nublada, solo con aquellas palabras que me desgarraban por dentro, evitando que pudiera pensar racionalmente.

“¡¿Esta es la forma en la que puedo confiar en ti?! ¡¿Con la cual no me decepcionaras?!”

Avancé hasta que vi al gato sentado frente a la pared del puente, frente a él había un pequeño jarrón cubierto por flores que comenzaban a secarse, una figurita que parecía contener varias letras en Han Gül y una pequeña foto cubierta por el polvo y la suciedad. Me agaché lentamente y cogí con cuidado la foto que había allí, pero, cuando mis dedos rozaron el cristal de la foto mi vista se nubló, comencé a ver varias imágenes sin sentido: una pelea, un joven rodeado, risas, sangre, un cuchillo que se acercaba lentamente hacia mí, pero justo en el momento cuando se suponía que debía sentir el dolor alguien dejó caer su mano sobre uno de mis hombros.
Recuperé la visión de golpe y mientras me giraba para ver a la persona que estaba tras de mí deje escapar un grito ahogado. Me tapé la boca con ambas manos, mientras seguía mirando a la persona que se alzaba frente a mí.
Era un chico, que me miraba implacable con los ojos clavados en los míos, esbozó media sonrisa, que no pude evitar comparar con las sonrisas a las que me había acostumbrado Jonghyun.

- Vete… - Susurró su débil voz.

No pude evitar mirarle con miedo, no tenía respuestas, pero algo dentro de mí me advertía, me decía que algo iba mal, me aseguraba que el chico que estaba frente a mí era el mismo que había visto momentos antes, rodeado, sufriendo mientras lo rodeaban y jugaban con él. Recordé el momento en que la navaja tendría que haber cortado mi carne, bajé la mirada y vi una pequeña mancha de sangre en la sudadera que llevaba, lo observé de arriba abajo mientras intentaba controlar mi expresión de terror, tenía el cuerpo cubierto por sangre y moratones.

- Vete. - Volvió a repetir en un suspiro.

Alcé la vista en un segundo, alertada por sus palabras, quería decir algo, pero el miedo me lo impedía, no podía moverme del sitio, no podía hacer nada más que respirar de forma agitada rezando en mi interior porque todo esto sólo fuero un sueño.
La figura que había frente a mí se giró lentamente para mirar algo y después desapareció como si nunca hubiera estado ahí.

-¿¡Qué haces tú ahí!?

Me giré de nuevo asustada, pero, vi frente a mi a Dongwoon que me miraba con una expresión extrañada.

-Y-yo… - Conseguí balbucear.
-¿Has venido a verle…? - Dijo extrañado mientras se acercaba lentamente a mí.

Pasó por mi lado pero me ignoró, comenzó a retirar las flores que estaban medio marchitadas y las cambió por unas nuevas que tenía en su regazo. Cuando acabó de cambiar las flores cogió la foto que momentos antes yo había rozado, y en un acto reflejo me levanté del suelo y retrocedí varios pasos.

-No…

Dongwoon me miró mientras fruncía un poco el ceño, parecía molesto por mi presencia, pero en esos momentos yo no era capaz de pensar más que en los momentos que antes había vivido. Dejó la fotografía donde antes había estado y pude ver el rostro del chico que antes había estado frente a mí, sonriente, feliz…

-No esperaba que te contaran acerca de este sitio. - Susurró Dongwoon mientras acariciaba lentamente a 144.

Pasaron unos segundos hasta que él se giró para mirarme fijamente, una expresión mezclada entre sufrimiento, lástima e incredulidad se dibujó en su rostro.

-¿Por qué estás aquí?
-Yo… - Susurré, pero no fui capaz de decir nada coherente.

Dongwoon se volvió a girar para mirar el pequeño santuario que había frente a nosotros, escuche como respiraba hondo e intentaba ahogar un pequeño suspiro.

-Nadie esperaba que algo así pudiera ocurrir, Yoseob el alumno ejemplar, que no causaba problemas… nadie se esperaba que muriera tan joven.

Podía sentir el sufrimiento de Dongwoon, pero , no era capar de articular palabra, quería salir de allí cuanto antes, quería irme a casa, quería despertar de este mal sueño.

-Nadie debería morir a los 17 años…
-Yo… - Susurré, pero él no se giró para mirarme. - yo, no sé volver a casa… -Dije al fin.

Pareció un poco duro y brusco, que alguien te este expresando sus sentimientos de dolor y tú ni siquiera seas capaz de intentar aparentar interés, pena… Yo no era una persona hecha para consolar a los demás, no era capaz de ponerme en su lugar e intentar sentir lo que él sentía.
Dongwoon se levantó lentamente, se giró y se quedó observándome, clavando sus ojos en los míos.

-¿Cómo has llegado hasta aquí?

Baje la mirada lentamente y me encontré con el pequeño gato, que no paraba de moverse de entre los pies de su amo.

-Suena estúpido, pero, me ha traído él… - Dije señalando a su mascota.

Dongwoon bajó la mirada, una pequeña sonrisa se dibujó en su cara y mientras metía las manos en los bolsillos de su pantalón dejó escapar un débil suspiro.
Parecía más relajado, pero, en un segundo se volvió a tensar completamente, justo mientras sonaban unas débiles risas en la lejanía.

-Ven aquí. - Susurró Dongwoon mientras me acercó a él de un solo tirón.
-¿¡Qué haces?! - Pregunté mientras intentaba soltarme.

Pero él se apresuró a taparme la boca con una de sus manos y a señalarme con la otra que debía guardar silencio. Algo que yo no hice, en lugar de eso le golpeé en el costado con uno de mis codos y conseguí liberarme. Escuché el débil gemido que había salido por la boca de Dongwoon, pero yo no me paré, salí corriendo para alejarme de ese lugar, no sabía a donde iba, no sabía si él me estaba siguiendo…
Escuché como una voz avisaba a alguien de mi presencia. Estaba a punto de salir de la hierba que rodeaba el río cuando me giré para ver de donde procedían esas voces, y entonces los vi.
Un escalofrío recorrió toda mi columna, acompañado de una sensación de terror, retrocedí varios pasos, pero, ellos ya me habían visto.

-¿A quién tenemos ahí? - Preguntó uno de ellos mientras se acercaban más a mí.

Busqué con la mirada algún sitio por donde escapar, algún indicio de vida más allá de los presentes, pero no había nada, estaba sola.
Retrocedí más para poder echar a correr, pero al parecer ellos se dieron cuenta de mis intenciones y comenzaron a separase para poder rodearme. Yo seguí andando hacia atrás de forma inconsciente, mientras pensaba en la forma de escapar, en lo que pasaría si no conseguía, en lo que me harían…

-¡¡¡CORRE!!! - Chilla alguien detrás de mí.

Me giro en un acto reflejo, para poder ver de quién es esa voz. Corre, no huye del peligro sino que se acerca lo más rápido que puede hacia mí, para ayudarme, para salvarme.
Me apresuré para echar a correr por fin, pero algo se enredó en mis pies y caí al suelo, miré asustada y enfada hacia aquello que se me clavaba en la pierna.

-Estúpido gato. - Susurré para mí.

Pero cuando fui a ponerme de pie miré hacia atrás, estaban demasiado cerca, demasiado como para poder huir. Algo brillante captó mi atención, y de nuevo otro escalofrío recorrió mi espalda.
Era la misma navaja que había visto antes, la misma que me tendría que haber cortado la piel.

-¡CORRE! - Vuelve a gritarme, interponiéndose entre ellos y yo.

Estoy paralizada, el miedo ha hecho que no pueda moverme. Descanso sobre la hierva con 144 en mi regazo, él clava sus uñas en mis muslos, pero, eso sigue sin ser suficiente para poder salir de aquel trance.

-¿¡QUIERES MORIR!?

Su voz suena rasgada, acaba de caer frente a mí, una barra de metal lo acaba de golpear, tirado sobre la hierva que nos rodea hace todo lo posible por levantarse. Mira hacia atrás, sus ojos oscuros se encuentran con los míos, una mirada llena de impotencia y de dolor.

-¡VETE!

Las palabras resuenan en mi cabeza y me hacen despertar, no esta en juego mi vida, no esta en juego mi seguridad, personas que esperan a sus familiares en casa, personas que tienen que enfrentarse a las malas noticias, personas que hacen lo posible por no derrumbarse frente al dolor…
Debía levantarme, debía ser útil, no por mí, sino por él… por Dongwoon.

viernes, 25 de junio de 2010

Noticias: Vacaciones~~

Debido a que las vacaciones de verano ya están aquí las entradas tardarán un poco más de lo que ya tardaban... lo siento -__-"

Espero que sigáis leyendo mi historia y yo espero seguir con ella durante mucho tiempo.^^
Me alegra ver los puntitos de los visitantes en el mapa, muchas gracias por seguirme, afiliarme y leerme!!! ^^

P.D: Ya tenemos una visita desde Japón "Seguro que por casualidad, pero bueno..." esperemos que la visita de Corea llegue pronto.

domingo, 20 de junio de 2010

Capítulo 17: ¿Debo confiar en ti?

El chico asintió, el aire se había vuelto demasiado tenso, las miradas bajaban hacia el suelo donde no tenían que enfrentarse a nadie, las manos nerviosas de Sunmi se entrelazaron al mango de la cesta que llevaba y musitó al fin:

-Esta es Boram, una alumna de intercambio de Canadá.

El chico me miró de arriba abajo y después asintió con la cabeza en forma de saludo.

-Encantado… - Dijo en un susurro.
-Él es Dongwoon, un…

El silencio volvió a inundar nuestra conversación hasta que decidí romperlo extendiendo la mano en su dirección y esbozando una dulce sonrisa.

-Es un placer, Dongwoon.

El chico miró mi mano extrañado, pero después de unos segundos la estrechó débilmente. La conversación no duró mucho más, Sunmi dijo que teníamos cosas que hacer y se despidió con un ligero movimiento de cabeza, al que el chico respondió con una ligera inclinación.
Dongwoon se encaminó con su rumbo, y Sunmi empezó a andar dirección a casa. Empecé a andar lentamente aún con la mirada clavada en la espalda de Dongwoon, cuando se giró para adentrarse en otra calle, pero, justo en ese momento nuestras miradas se cruzaron, sus ojos oscuros se clavaron en los míos. Sentí como si estuviera haciendo algo malo, me miraba de una forma dura, pero no entendía el porqué.

Lo perdí de vista cuando un muro de piedra se interpuso entre los dos, me quedé quieta sin entender lo que ocurría.

“¿Qué era lo que estaba ocurriendo? ¿Quién era ese chico? Y ¿Por qué había esa extraña atmosfera entre Sunmi y él?”

La voz de Sunmi me sobresaltó, me giré hacia la dirección de donde había venido su voz y la vi de pie, mirándome con unos ojos extraños a varios metros de mí.

-Date prisa, dentro de poco oscurecerá.



Llegamos en pocos minutos a casa, no había nadie así que supuse que Jonghyun y su padre estarían en el restaurante.
Sunmi se fue directa a la cocina a organizar la compra, yo me ofrecí a ayudarla pero ella se negó, así que me fui directa a mi habitación.
Nada más entrar vi el portátil en la cama, miré a todas partes pero no había nada, así que no tuve mas remedio que convénceme que estaba loca y que todo lo ocurrido momentos antes en mi habitación había sido una fantasía.
Dejé el portátil bajo la cama y me extendí en ella, fijándome en el techo de mi habitación.

“Me estaba volviendo loca… Quizás todo esto fuero un sueño y ahora tendría que despertar y descubrir que nada había ocurrido.”

Cerré los ojos con fuerza, tanto que si me empezaba a fijar en la oscuridad que me rodeaba podía ver pequeñas fusiones de colores.
Abrí los ojos cuando escuché unas voces, parecía que Jonghyun ya había vuelto a casa y ahora era Sunmi la que se iba al restaurante familiar.
Me levanté de la cama y me quedé sentada en ella. Estaba aburrida, desde que había llegado a esta casa no me dejaban hacer nada, había insistido en ayudar en casa o en el restaurante, ya que todavía no habían empezado las clases, pero siempre recibía negativas como respuestas.
No podía alejarme demasiado de casa porque no conocía nada, no quería hacerme una carga para nadie y tener que obligarles a enseñarme todo el vecindario, sabía que tenían mucho trabajo con el restaurante y apenas tenían tiempo libre.
Giré la cabeza y me encontré con el paisaje de la ventana, me levanté de la cama y me acerqué para ver si había cambiado algo en la habitación de mi vecino “Dongwoon”.
Pero no había nada nuevo, la cortina estaba corrida -como esta mañana- impidiéndome así que pudiera ver nada de su interior.
Abrí la ventada de mi habitación para dejar que entrara un poco de aire fresco y me senté sobre la repisa, -algo que se estaba convirtiendo en una costumbre- comencé a rebuscar entre el paisaje para encontrar algo que me llamara la atención, pero no conseguí ver nada.
Apoyé la cabeza en la pared y me quedé con los brazos cruzados, esperando a que algo interesante ocurriera.
En ese momento alguien golpeó la puerta de mi habitación, me giré sobresaltada y entré rápidamente para abrirle la puerta a Jonghyun ya que era la única persona que había en la casa.

Me abalancé sobre la puerta y la abrí de un tirón, esperando ver allí de pie a Jonghyun, pero no lo vi a él, ni a nadie. Un vacío se extendía frente a mí, haciéndome recordar todos esos momentos en los que habían sucedido cosas extrañas.
Me quedé de pie sin saber que hacer, con la mano aún apretando el pomo de la puerta, tragué saliva y avancé un paso, cuando algo que había estado escondido en la parte derecha de mi puerta se alzó y se dejó ver.
Me asusté y mientras intentaba retroceder me tropecé con mis propios pies y me caí al suelo, mirando con una cara de desconcierto a Jonghyun.
La sonrisa que momentos antes había estado dibujada en su rostro se había transformado en una expresión de preocupación y de culpabilidad.
Dejó los dos bols que llevaba en las manos y se dirigió hacia mí con la intención de ayudarme a levantarme.

- Lo siento, no quería asustarte…
- Pues desde luego esa parecía tu intención. - Dije algo molesta y rechazando su ayuda. -¿Qué quieres?

Miré encima del escritorio, donde se encontraba lo que había traído momentos antes, abrí los ojos un poco y le miré a él sin entender.

-Sólo pretendía animarte un poco, últimamente has estado extraña…
-Gracias. - Susurré mientras Jonghyun me pasaba uno de los bols.

Nos quedamos unos segundos en silencio, notaba como me miraba aunque yo tuviera la vista clavada en el bol de helado, alcé la vista y nuestras miradas se cruzaron. Él no la desvió, pero yo no pude evitar sentirme incómoda.

-¿Quieres que nos sentemos…? - Balbuceé mientras señalaba hacia la ventana.

Jonghyun me miró extrañado, pero yo me acerqué a ella y pase a través de la ventada para sentarme en las escaleras de incendio que había frente a mi ventana. Le hice una señal con la mano para que se sentara a mi lado y después de mirar con desconfianza a las escaleras de metal oxidado pasó a través de la ventana y se sentó a mi lado.
Nos quedamos mirando el horizonte, clavando de vez en cuando las cucharas de metal en el helado. Era una situación un poco incómoda, pero, Jonghyun fue el primero en romper el hielo.

-Supongo que todo esto será difícil para ti…

Lo miré de reojo, pero él seguía con la mirada fija en el cielo anaranjado que dejaba paso a la noche.
“Quién me diría a mí que ese chico que días antes me odiaba, ahora aprecia preocuparse por mí?

-Hay veces en las que te encuentras solo… -Dije jugueteando con el helado. - y piensas…

No me dio tiempo a terminar la frase cuando Jonghyun se apresuró a decir:

-No estás sola, me tienes a mí.

Se creó un nudo en mi estómago y no pude evitar mirar a Jonghyun, que seguía perdido en el cielo de la tarde. No sabía si esas palabras contenían un doble sentido, o por el contrario simplemente se estaba mostrando cortes y amigable conmigo.

-Gracias…

En ese momento deseé meter la cabeza en el helado y ahogarme en el por lo estúpida que había sido, él mostraba el apoyo que me daba y yo ¿sólo era capar de dar las gracias?

-Jonghyun, puedes confiar en mí… -Me apresuré a decir- no te decepcionaré.

Él volvió su cabeza hacia mí por primera vez y nuestras miradas se volvieron a cruzar, esbozó una pequeña sonrisa que creó un extraño sentimiento dentro de mí.

-Gracias… -Dijo mientras dejaba escapar una débil sonrisa.
Nos terminamos los helados sin apenas hablar, pero sin sentirnos ahora de forma incómoda.
Jonghyun entró en la habitación seguido por mí, iba a pasar por delante del escritorio cuando algo captó su atención, dejó con cuidado los recipientes en el escritorio y se agachó lentamente.
Abrí los ojos como platos al recordar qué había allí, de nuevo un nudo volvió a aparecer en mi estómago y fui hacia él lentamente.

-Jonghyun yo no tenía intención…
-¡¿De empezar a destrozar lo que no es tuyo?! - Dijo mientras alzaba a Momo con su mano. - ¿Acaso sabes cómo ha ocurrido esto?
-Fue un accidente, yo sólo quise arreglarlo…

La expresión de Jonghyun cambió completamente, me miraba con ojos de odio mientras apretaba los labios en forma de represión.

-¡¿Esta es la forma en la que puedo confiar en ti?! ¡¿Con la cual no me decepcionaras?!

Jonghyun había alzado la voz, casi parecía que estuviera gritando, yo me alejé varios pasos de él con las manos en alto y con una expresión de culpabilidad y remordimiento.

-No fue mi intención que acabara así… - Dije con la voz entre cortada.- ¡LO SIENTO!

Jonghyun me miró de arriba abajo con la expresión endurecida y después salió de mi cuarto con Momo en la mano y dando un portazo.
Miré impotente la puerta de mi habitación, me dejé caer en el suelo de mi habitación y me tapé la cara con las manos para esconder el ruido de mis sollozos.

“Estaba sola, a nadie le importaba y les daría igual que desapareciera.”

viernes, 11 de junio de 2010

Noticias: Cambios ~~

Como podéis apreciar el blog ha vuelto a cambiar de estilo; no sólo por la imagen del título sino por el fondo y plantilla del blog.
Espero que os guste el cambio y perdón por marearos tanto. --....--"

-Muchas gracias por seguir el blog, espero que os esté gustando la historia.-
P.D: Recordaros que tenemos nuevos botones de afiliación para que podáis elegir el que más os guste.

Super Junior ~~

Otro día más y hoy os dejo información de un grupo masculino que a mí me encanta.

Super Junior:


(De izquierda a derecha: "Arriba" Heechul, Han Geng*, Donghae, Kang-in*, Leeteuk, Ryeowook, "Abajo" Shindong, Sungmin, Yesung, Eunhyuk, Kyuhyun, Kibum* y Siwon.)

(De izquierda a derecha: Zhou Mi y Henry) "Integrantes de Super JuniorM"

*Miembros que están ausentes en el grupo.

Es un grupo de 13 miembros "sin contar con los dos integrantes chinos - Henry y Zhou Mi-"
aunque últimamente están pasando por unos momentos difíciles y varios de sus miembros parecen que van a "irse" del grupo, esperemos que todo se solucione y que nos sigan deleitando con su música.


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Casi todos los miembros de este grupo tienen una cuenta Twitter y como seguro que tenéis ganas de cotillear sus fotos y vídeos aquí os dejo las direcciones de sus cuentas:

**Las cuentas pueden no ser auténticas, pero, parecen serlo ya que se van siguiendo unos a otros.

Y aquí unos vídeos del Twitter de algunos de ellos que a mí personalmente me encantan:


Vídeo 1
Vídeo 2
Vídeo 3

~Venganza, Juegos y Diversión... como se nota que se aburren.~
"Y ya que estamos hablando de Twitter aquí os dejo el mío -Que también sirve para el blog-"

Twitter del blog

jueves, 10 de junio de 2010

Capítulo 16: Cortar con el pasado.

Entré en mi habitación y me puse un pantalón de chándal azul oscuro y una sudadera bastante ancha de color marfil.
La comida transcurrió incómodamente. Yo fijaba mi atención en el bol de arroz de la comida, mientras sentía la mirada de Jonghyun fija en mí.
Estos días me había vuelto más cercana a él, y por alguna razón ahora me sentía un poco culpable. Sentía que él se preocupaba demasiado por mí.
Acabé de comer rápidamente y después de dejar los platos en el fregadero me dirigí a mi habitación. Cerré la puerta tras de mí y me acerqué lentamente hacia la ventana, fijando mis ojos en la ventana de color blanco que había en el edificio de enfrente.
Las gotas seguían cayendo contra el cristal de mi ventana, creando un paisaje muy acorde con mis sentimientos de ese instante.
Jugueteé durante un momento, recorriendo con las yemas de los dedos el cristal de la ventana -creando un camino con las gotas de lluvia-.
Después de fantasear durante unos instantes retrocedí varios pasos y me giré, fijando mi mirada en el portátil que estaba sobre mi cama. Me acerqué lentamente y me dejé caer en el suelo, apoyando mis brazos sobre el lecho de la cama, extendiéndolos, rozando el objeto con la punta de los dedos y después de alargar durante más tiempo lo que debía hacer acerqué el portátil a mí.
Levanté la tapa del portátil y entré directamente en mi correo, sin vacilar, sin pensar, sin sentir, simplemente haciendo lo que supuestamente debía haber hecho hace mucho.

Las teclas comenzaron a resonar en el silencio de la habitación, poco a poco el mensaje comenzaba a cobrar sentido, cada segundo que pasaba me convencía más de que eso era lo correcto, que era lo mejor para todos.
Finalmente, presioné le tecla “Enter” y el mensaje se envió.

" Tienes razón.
Puedes quedártela, ya no la necesito. Todos estos años han sido una farsa para todos, ya estoy harta de actuar.
En el fondo no somos tan diferentes como seguramente piensas, tú también has huido de tu familia, tú también te sientes mejor en el sitio donde te encuentras ahora, tú también llevas una máscara para protegerte de los demás.
En el fondo somos iguales, Sungho."

Eché un último vistazo a la pantalla del portátil y después lo cerré con cuidado. Me quedé sentada en el suelo de la habitación, dejando reposar mi cabeza sobre el colchón de la cama.
Todo estaba silencioso, apenas podía escuchar las gotas de lluvia de la calle, las voces de Sunmi y de Soohyun desde el salón, mi respiración pausada…
Sentí como un escalofrío recorría mi columna, el bello de mis brazos comenzaba a erizarse y no pude evitar girarme para mirar la nada.
Me levanté lentamente del suelo, pero mientras lo hacía uno de mis pies se tropezó con algo. Lo saqué de debajo de la cama y lo cogí entre mis manos.

-Pero ¿Cómo narices has llegado a aquí? - Dije mientras miraba extrañada a Momo.

Fui a dejarlo de nuevo en el cajón del escritorio evitando pensar en cómo había llegado ahí, pero, mientras lo dejaba caer dentro del cajón una voz resonó en mi cabeza.

“-Boram.”

Pegué un pequeño brinco, haciendo que Momo cayera fuera del cajón. Miré hacia todas partes, pero, no había rastro de nadie.
Me quedé quieta en silencio, mirando hacia todas partes sin mover la cabeza. Pasados unos minutos dejé de pensar en ello.

“Seguramente había sido fruto de mi imaginación, estaba estresada y nerviosa por todo lo que estaba ocurriendo.”

Me agaché de nuevo para recoger el peluche, pero, cuando mis dedos rozaron la lana del muñeco sentí como si alguien colocara su mano en uno de mis hombros.
Me quedé paralizada con la mirada fija en el muñeco, no podía ser mi imaginación, era demasiado real como para ser una fantasía.
Giré lentamente la cabeza, pero cuando miré detrás de mí no había nadie, sólo podía ver el gran armario que estaba empotrado en la pared.
Fruncí el ceño intentando despejar mi mente, intentando alejar los miedos de mi cabeza, pero todo eso fue inútil cuando sentí como si alguien estuviera dejando escapar su aliento en mi nuca.
Me levanté enseguida del suelo y salí lo más rápido que pude de la habitación, dejando el peluche en el suelo.
Crucé en varias zancadas el pasillo con dirección a la entrada de la casa. Me agaché para colocarme las zapatillas -que tenía en la entrada para salir- .

-¿Vas a alguna parte? - Preguntó una voz detrás de mí.

Me giré aún sorprendida, y vi frente a mí a Sunmi que me miraba con una amable sonrisa en su cara.

-Quería salir a tomar un poco el aire…
-Aún sigue lloviendo, será mejor que te lleves un paraguas.

Sunmi se acercó a un pequeño mueble que había en la entrada -Donde se encontraban algunos zapatos- y sacó un paraguas de color negro.

-Ahora mismo me iba a hacer la compra, quizás te apetecería acompañarme…

La observé durante unos segundos, seguía teniendo esa cálida sonrisa en su cara, y no pude evitar pensar en que quizás le hacía ilusión conocerme un poco mejor.
Asentí con la cabeza e intenté esbozar una pequeña sonrisa. Me levanté con las zapatillas ya puestas y me quedé esperando a que se preparara para salir.
Sunmi se puso unos zapatos de color negro que había sacado del mueble de la entrada, antes de salir me miró de arriba abajo y después sonrió mientras salía de la casa.
Fruncí el ceño, mientras salía detrás de ella y me la encontraba en las escaleras esperando a que yo saliera con el paraguas ya abierto para que yo no me mojase. Esbocé una pequeña sonrisa y me puse a su lado.

Llegamos en poco tiempo al mercado. El cielo estaba encapotado, pero ya apenas caían unas pocas gotas del cielo.
Sunmi no había parado de hablar durante todo el camino, me había contado varias historias de Jonghyun y de Sungho, lo orgullosa que sentía de este último al estar estudiando en el extranjero, de que siempre había sido un buen estudiante… etc.

Sentí un pinchazo en mi interior al escuchar el nombre de Sungho, una pequeña chispa de rabia había brotado en mi interior, quizás porque él estaba disfrutando de mi familia, quizás porque sentía celos de que hubiera conectado con ellos tal y como yo no pude tiempo atrás.

Sunmi cambió de tema y eso hizo que yo saliera de mi pequeña burbuja.
Ahora decía que siempre había querido tener una hija, que se alegraba de que yo estuviera aquí.

Nos paramos delante de un puesto de verduras, yo cargaba con la cesta de la compra y el paraguas mientras que Sunmi se acercaba a los puestos para comprar la comida.

Nos dirigíamos ahora hacia casa, yo seguía llevando el paraguas mientras que ahora Sunmi se encargaba de la cesta de la compra.
Miré el cielo, un cielo cubierto de colores rojizos y anaranjados que indicaban que ya se acercaba la noche, las nubes habían desaparecido casi del todo, pero algunas gotas rezagadas seguían precipitándose contra el suelo.
Ya estábamos cerca de casa, tenía la mirada fija en el suelo cuando vi algo que me era conocido. Un gato caminaba solo por la calle, mirando de vez en cuando hacia atrás como si estuviera esperando a alguien.

“Era ese gato, el gato que estaba maullando bajo la ventana de mi habitación, el gato que parecía ser la mascota de aquel chico, el gato con el nombre 144.”

Fuimos a girar por una esquina cuando una sombra apareció delante de nosotras. Alcé la vista del suelo y me encontré con el chico que había visto en la ventana momentos antes.

- Dongwoon… - Susurró Sunmi.

Tanto Sunmi como el chico parecían sorprendidos.

- Buenas tardes. - Susurró el chico mientras hacía una reverencia.

Miré de nuevo el rostro de Sunmi, toda la alegría y dulzura de momentos antes parecía haberse esfumado dejando en su lugar un rostro lleno de preocupaciones y dolor.

- Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te vi…

lunes, 7 de junio de 2010

Noticias: The Winner ¡¡¡RAIN!!!



Rain ha conseguido ganar el premio de los MTV Movie Awards al "Biggest Badass Star"
compitiendo contra:

Angelina Jolie
Channing Tatum
Chris PineSam Worthington















































viernes, 28 de mayo de 2010

Capítulo 15: Una máscara.

Tecleé lo más rápido que pude, pero mis dedos se golpeaban unos con otros, se paraban por el miedo e incluso temblaban al son de la lluvia que golpeaba el cristal de la ventana de mi habitación.
Las palabras salían sin sentido, borraba y comenzaba de nuevo, pero nunca conseguía escribir algo coherente con el cual poder responder.
Al final opté por enviarle lo primero que se me había pasado por la cabeza.

“¿Quién eres?”

Envié el mensaje y me quedé en la cama, esperando a que respondiera cuanto antes al mensaje, aunque no sabía si recibiría o no respuesta alguna.
Pasaron cinco minutos exactos y por fin recibí el correo. Respiré hondo y abrí el mensaje.

“No te imaginaba como en las fotos, aunque no hay demasiadas. Creía que serías una niña pija como las demás, para mi sorpresa resulta que eres asiática. Créeme cuando te digo que ahora formo más parte de tu familia de lo que tú la has formado al cabo de estos años.
Vamos piensa un poco la respuesta, sabes quien soy.”

El sonido de las gotas caer se hizo más débil, ahora lo único que podía escuchar en ese mar de silencio eran los latidos de mi corazón.
Cerré el portátil y me dirigí hacia la ventana.
Sabía la respuesta, claro que sí, quien sino sabría tantas cosas de mi casa, de mi familia… pero jamás lo habría imaginado actuando de esa manera. No sabía demasiado de él, pero, ¿Cómo podía actuar así conmigo?
No me conocía, esta era la primera vez que hablaba conmigo y parecía como si me estuviese robando lo que era mío, como si me estuviese robando a mi familia.

Abrí la ventana y me senté en la repisa, dejando que algunas gotas de lluvia me golpearan y así me despejaran un poco de todo.

No quería pensar, sabía que si lo hacía un mar de dudas y preguntas aparecerían en un segundo por mi cabeza, ahora lo único que quería era olvidar. Parecía que mi familia ya me había olvidado, ¿Por qué yo no iba a poder hacer lo mismo?
Tenía que ser fuerte, no debía dejar que las cosas me afectaran tanto, tenía que ocultar lo que realmente sentía.
Parecía que la noche llegaba demasiado pronto, el cielo encapotado no dejaba que ningún pequeño rayo de luz llegara a la ciudad. Una pequeña mancha blanca y negra llamó mi atención.
Miré con más atención y observé como el gato que encontré el otro día caminaba por un pequeño muro de cemento que rodeaba el pequeño edificio que había frente a la casa de Jonghyun.
Apoyé mi cabeza en la madera que sujetaba la ventana, siguiendo con la vista todos los movimientos del gato.
Se paró justo delante de una ventana que estaba en el primer piso, la miró durante un tiempo, mientras se preparaba para saltar a la repisa que tenía.
Pensaba que se golpearía la cara contra el cristal, ya que no tenía demasiado espacio para poder caer bien, pero, justo cuando la ventana se abrió el gato saltó cayendo dentro de la habitación.
Mi atención enseguida cambió del gato hacia el chico que había abierto la ventana.
Tenía le pelo negro y un poco desaliñado, su piel era algo morena y parecía bastante delgado.
Un chico así nunca abría llamado mi atención, parecía la típica persona que pasa desapercibida entre la multitud, a la cual no le prestas demasiada atención simplemente porque no descubres que esta ahí.

Mis ojos no se separaban de su figura, simplemente porque mi vista se había acomodado a esa dirección y no había nada que llamara mi atención.
Seguía con el pijama puesto, pero eso no me importaba, ya estaba acostumbrada a que algunos vecinos se pasearan de madrugada en pijama por las calles. Y tampoco me importó que el chico paseara su vista en mi dirección parando asombrado en mi posición.
Me miró fijamente unos segundos, los cuales yo también le miré fijamente, parecía asombrado, como si no se imaginara a nadie asomado desde esa ventana.
Enseguida entró a su habitación cerrando la ventana y corriendo la cortina para que yo no pudiera verle, pero eso no impidió que siguiera mirando en esa dirección.
Me quedé observando la pared de color grisáceo del edificio, la ventana de color blanco que reflejaba el paso del tiempo, y no me di cuenta de cómo el tiempo había pasado hasta que alguien posó su mano en mi hombro.
Me giré rápidamente, pero, no vi a nadie en mi habitación. Dude durante un momento, pero al final acabé aceptando que había sido fruto de mi imaginación. Miré el reloj que había en el escritorio y vi que ya casi era la hora de la comida.
Entré en mi habitación y cerré la ventana tras de mí, avancé hasta la puerta y la abrí lentamente, topándome con Jonghyun que me miraba extrañado.

-¿Estás bien?- Me preguntó mientras dejaba que yo pasara primero.
-¿Por qué lo preguntas?- Le dije creando una pequeña sonrisa falsa en mi cara.
-No, por nada…

Dejé atrás a Jonghyun pero justo cuando iba a pasar a la cocina algo me sujetó por la muñeca. Me giré sin ganas y miré a Jonghyun esperando a que me dijese lo que quería.

-No sé lo que te habrá pasado para que estés así…- Dijo mientras clavaba sus ojos en los míos. - pero no creo que sea buena idea de que vayas a comer aún en pijama…

Me miré sorprendida de arriba bajo. Con lo sucedido con los emails se me había olvidado por completo que seguía en pijama. Le miré un poco avergonzada, pero enseguida agaché la cabeza.

-Gracias, no me había dado cuenta… -Dije mientras me iba en dirección a mi habitación.

Pero justo cuando pasaba por su lado me volvió a agarras de nuevo y me cogió de la barbilla para que le mirara a los ojos.

-Boram, si te pasara algo quiero que sepas que puedes contar conmigo…

Asentí con la cabeza y dibujé de nuevo una falsa sonrisa en mi cara.
-No me ocurre nada, creo que estos días hacen que me atonte un poco…

Jonghyun alejó su mano de mi barbilla y dejó que me dirigiera de nuevo a mi habitación. Sabía que no lo había convencido, sabía que seguía pensando que algo me había ocurrido, y tenía razón.
Pero no quería parecer tan débil, no quería que me tomaran como la chica a la que le afecta cualquier cosa. No quería que se compadecieran de mí.
Solo quería esconderme detrás de una máscara, esconderme para que nadie más pudiera hacerme daño.

domingo, 23 de mayo de 2010

Noticias: Obras~~

Bueno como ya os habréis dado cuenta estoy cambiando el blog un poco de estilo... Para mejor o eso es lo que intento...Puede que durante estos días vaya cambiando un poco, pero lo hago para darle un aire un poco más moderno y que no os aburráis de la rutina.
Os pondré una encuesta para que votéis si os gusta el resultado o no.^^

~~Espero que votéis~~
...

P.D: Ya que estoy escribiendo esta entrada os dejo a otro de mis grupos favoritos ~~4MINUTE~~
Están de regreso acompañadas de BEAST!!! con la canción --Huh--
De izquierda a derecha " Ga Yoon- Ji Hyun- Hyun A- So Hyun- Ji Yoon"

~~Os dejo algunas de sus canciones~~




sábado, 22 de mayo de 2010

Capítulo 14: Un nuevo mensaje.

Habían pasado varios días, en los cuales mi relación con Jonghyun no hacía más que cambiar de una dulce sensación a una extraña paranoia, había momentos en los que deseaba que algo estallara, que el sueño se realizara estando despierta, pero, otras veces no podía aguantar estar cerca de él.
Era demasiado extraño, su personalidad cambiaba tan rápidamente que no podía adivinar si decía cosas en serio o por el contrario estaba de broma.
Además, durante estos días una extraña sensación había empezado a perseguirme. Al principio pensé que se debía a mi cabeza llena de fantasías, que yo misma creaba ese extraño ambiente de paranoias, quizás fuera debido a lo que me dijo Jonghyun, pero desde el día sentía como si algo o alguien me estuviera observando. Sentía como si la brisa del viento me tocara como una persona, como si el más mínimo ruido fuera provocado por alguien, sentía como si alguien no se separara de mí.



Estaba tumbada boca abajo sobre mi cama, observando con detenimiento la pantalla del ordenador, donde se encontraban los mensajes que había enviado y de los cuales no había recibido respuesta.
Empecé a escribir de nuevo otro mensaje, aún sabiendo que no recibiría respuesta no estaba dispuesta a dejar de intentarlo, no sabía por qué pero en cierto modo les echaba de menos.

-Queridos papá y mamá…

Pulsaba las teclas despacio, pensando en lo que debía escribir. Quizás no les hubieran llegado los mensajes, quizás no me hubieran llegado a mí… pero ¿Por qué sólo yo me preocupaba de mi familia?
En ningún momento había visto que el hermano menor de Jonghyun hubiera llamado a sus padres, y tampoco había visto que ellos le llamaran a él.
Pulse una tecla y en un segundo todas las palabras que había escrito se borraron en un segundo, empecé a teclear de nuevo hasta que logré escribir:

“Estoy bien.”

Envié el mensaje, y antes de apagar el ordenador volví a mirar la bandeja de entrada del Hotmail. Una sonría tonta se dibujó en mi cara cuando vi el mensaje de Amy.
Hace días que me respondió, y desde entonces habíamos mantenido varias conversaciones “vía Hotmail”
Me decía que me insinuara a Jonghyun, que me buscara un coreano que estuviera bien, que no me obsesionara este año con los estudios, que haga muchos amigos y que le enviara todas las fotos que esperaba recibir…

“Amy, Amy…”

Tan despreocupada como siempre, viviendo el día a día, disfrutando de cada momento. Cuesta creer que en el fondo este pendiente de todo.

“Siempre intentando protegerme”

Recordé cuando un grupo de niñas en primaria se empezaron a meter conmigo, a los pocos días varias de ellas dejaron de venir a clase durante unos días, al final se descubrió que Amy las había estado amenazando.
Nadie se esperaba que una niña de primaria tuviera esa mentalidad, pero al fin y al cabo Amy nunca a sido la típica chica que sueles esperar al ver su dulce sonrisa. Nunca la he visto enfadarse delante de mí, y siempre me enteraba tarde de todas las veces que había tenido que dar la cara por mí.

-Ojalá estuvieras aquí… - Susurré mientras cerraba el mensaje de Amy.

Mis ojos empezaron a humedecerse, quería hablar con alguien, quería desahogarme, quería volver a esconderme y dejar que los demás arreglaran los problemas por mí.
Pero ya no era posible, ahora estaba sola, y debía madurar para enfrentarme a este mundo.
Iba a apagar el ordenador cuando me fijé que tenía un nuevo mensaje. Volví a sonreír esperando que se tratara de Amy, pero me sorprendí al ver la cuenta con la cual habían enviado el mensaje.

-Mamá… -Dije mientras abría el correo.

“- No deberías seguir enviándoles mensajes a tus padres, ya sabes que te han olvidado ¿Por qué continuar prolongando el sufrimiento?”

Mi corazón se paró en seco, la poca esperanza que había surgido en esos segundos se esfumó rápidamente. Intenté tragar saliva, pero nada podía pasar ahora por mi garganta.

“¿Quién era la persona que había enviado ese mensaje? ?Qué sabía él o ella de mi familia? Y ¿Por qué me enviaba ese mensaje?”

Las preguntas comenzaban a flotar en mi cabeza como las pompas de jabón. Sabía la respuesta, aunque no entendía el… ¿Por qué…?

lunes, 17 de mayo de 2010

Capítulo 13: Un destello.

Jonghyun abrió la puerta y dejó que pasara yo primero, fue un gesto que me sorprendió en el fondo, aunque intenté que no se notara demasiado.
El camino de vuelta había sido demasiado incómodo, aunque más de una cosa resultaría incómoda a partir de ahora.

-Aquí tienes el portátil.

Jonghyun me extendió la mano con la cual sujetaba la bolsa del ordenador, observó por unos instantes a nuestro alrededor y después se acercó un poco a mí.

-Será mejor que no digas nada de lo que he contado esta tarde.

Asentí con la cabeza y acto seguido me fui directa a mi habitación, entré y cerré la puerta tras de mí, escuchando como Jonghyun entraba en su habitación.
Deje el portátil encima del escritorio y me desplomé sobre la cama.

“¿Cómo se suponía que iba a tratar a Jonghyun a partir de ahora? ¿Debería sentir lástima? ¿Pena?
No me gustaría que me compadecieran si estuviera en su lugar, pero si lo seguía tratando como hasta ahora quizás me sintiera culpable.”
Comencé a revolverme entre las sabanas de la cama, buscando soluciones en mi cabeza, pero no daba con ninguna convincente.
Me levanté de un salto al recordar una cosa.
Me acerqué al cajón del escritorio y de allí saque a Momo, con los arañazos que había en la tela que lo cubría.

-No tendré mas remedio que pedirle algo a Sunmi… -Susurré mientras volvía a dejar a Momo en el cajón.

Me quité el bolso y la chaqueta -dejándolos sobre la cama- y salí de mi habitación para bajar al restaurante familiar, donde me encontraría a Sunmi, pero cuando salí de la habitación me topé con Jonghyun que parecía haber estado frente a la puerta durante un largo tiempo.

-¿Quieres algo…? - Le pregunté algo sorprendida, aunque después de escuchar tomar forma a mis palabras me hubiera gustado golpearme la cabeza contra la pared por lo brusca y estúpida que había sido.
-Yo… - Empezó. -no quiero que me trates con lástima a partir de ahora…
-No lo iba a hacer… - Susurré. - si yo estuviera en tu lugar no me gustaría que me tratasen con lástima, así que no lo haré.

Jonghyun se quedó un momento pensativo, pero al final apoyó uno de sus brazos en la puerta y me miró fijamente.

-No soportaría que tú me miraras de esa forma…

Un nudo se creó en mi estómago, no sabía si esas palabras escondían algo, pero mi mente comenzó a bagar entre fantasías creadas en mi cabeza. Jonghyun no se movió ni un centímetro del marco de la puerta por lo que supuse que estaba esperando a que dijera algo, pero lo único que salió de mi boca fue:

-Tengo que ir a pedirle una cosa a tu madre…

Jonghyun dudó un momento, pero acabó por apartarse de la puerta para que pudiera salir de la habitación.
Comencé a andar por el pasillo con la mirada gacha. Notaba como Jonghyun clavaba sus ojos en mi nuca y no podía dejar de pensar lo estúpida que había vuelto a ser.
Salí de la casa y me quede por unos instantes en la puerta.

“¿Y si todo era una jugarreta de Jonghyun? Y lo único que quiere es darme pena para después aprovecharse de mí.”
Me crucé de brazos y comencé a bajar las escaleras.

-Pues no te saldrás con la tuya…

“Lo único que tenía que hacer era seguirle un poco el juego, si él estaba jugando conmigo ¿Por qué yo no podía hacer lo mismo con él? “

-Boram ¿Qué haces aquí? - Me preguntó Sunmi desde la barra.
-Te estaba buscando, necesito una cosa…
-¿Una cosa? - Me preguntó Sunmi extrañada.



Me senté sobre el suelo de mi habitación, intentando meter el hilo por el espacio de la aguja.

“Era más difícil de lo que había esperado”
Sunmi me prestó su set de costura, e incluso me preguntó si necesitaba ayuda para coser los “pantalones que se me habían desgarrado”

Al fin metí el hilo de color negro en la aguja y empecé a pasarla entre los espacios de la tela, era bastante difícil coser la lana sin que se estirara demasiado y quedaran espacios que le daban aspecto de deformado a Momo.
Después de unos quince minutos acabé de coser a Momo, no acabó perfecto, pero, al menos había intentado arreglarlo.

-Ya está, como nuevo… - Susurré mientras lo dejaba sobre la cama para devolverle a Sunmi el costurero.

Salí con dirección a la cocina -donde parecía que Sunmi se encontraba la mayor parte del tiempo- asomé un poco la cabeza por el pasillo y la vi cocinando la cena.

-Sunmi, muchas gracias por prestármelo. -Dije con una pequeña sonrisa falsa.
-Oh, no tienes porque agradecerlo.

Sunmi cogió el costurero y se fue a guardarlo en su respectivo lugar, mientras que yo busqué a Jonghyun con la mirada, debería estar sentado por algún lugar del comedor, pero no lo vi.
Me fui de nuevo a mi habitación y no pude evitar pararme frente a la puerta del cuarto de Jonghyun, me aseguré de que nadie me viera y después acerqué un poco mi oreja para comprobar si estaba en el interior de la habitación.
Pasaron unos segundos y no escuche nada, así que me aleje y me dirigí a mi cuarto.

“No sería muy bueno que alguien me viera en esa postura, y con la suerte que tenía últimamente de haberme quedado un poco más de tiempo seguro que alguien me habría visto”

Entré en mi habitación y me eché sobre la cama, cogiendo a Momo para no aplastarlo con mi cuerpo.
Lo alcé sobre mí para observarlo durante unos segundos, recorriendo con la mirada el hilo negro que ahora cubría su cuerpo.

-Ya estás arreglado, Momo. -Dije mientras me fijaba en los ojos de color pardo que me habían llamado la atención.

“Unos ojos que emitían un pequeño destello en su interior, un destello que no había visto antes en un muñeco.”

martes, 11 de mayo de 2010

Capítulo 12: El pasado “Final”

El restaurante estaba demasiado oscuro para poder ver con claridad lo que se acercaba hacia mí, no pude esquivar el golpe que me arrojó hacia atrás y me hizo caer contra el suelo.
Coloqué mi mano sobre la boca y miré la figura de Soohyun que se alzaba frente a mí. Acercó sus brazos con rapidez hacia mí, me cogió del borde de la camiseta y me levantó en el aire golpeándome contra la pared.

-¿Crees que puedes hacer lo que quieras sin consultarme?-Dijo acercando su cara hacia la mía, haciendo que su apestoso aliento me golpeara de lleno.

Coloqué mis manos sobre las suyas para intentar que me soltara, pero no podía hacer nada más, quizás el miedo, la impotencia; todo aquello se unía y me provocaba una extraña sensación que no me dejaba moverme.

-¿De dónde ha salido ese estúpido gato? -Dijo mientras me soltaba, pero siguiéndome acorralando contra la pared.
-Es de un amigo, sólo lo estaba cuidando…
-¡Respóndeme bien! -Dijo mientras me volvía a lanzar un puñetazo contra el estómago.

Me agaché sujetándome el lugar del golpe con ambas manos y apreté los dientes intentado ahogar un pequeño gemido de dolor.

-Era de un amigo, … señor.

Al oír esas palabras se apartó de mí, dejándome al fin un poco de espacio en el que poder respirar.

-¿Lo ves? Si te comportaras como un buen muchacho no tendrían que pasar cosas como estas.

Acercó de nuevo su mano hacia mi cara, y yo cerré los ojos en un acto reflejo.

-Arréglate un poco antes de subir. -Dijo mientras me pegaba unas palmaditas en la mejida del golpe.

Después de eso abrió la puerta, dejando que un pequeño rayo de luz me iluminara por un momento, solo unos instantes antes de que cerrara la puerta de nuevo y me sumiera otra vez en la oscuridad.
La oscuridad me la que me había adentrado desde hace tiempo.
Me dejé caer contra el suelo, quedándome inmóvil en la oscuridad, intentando concentrarme en no derramar ninguna lágrima, pero era demasiado tarde, las lágrimas ya comenzaban a caer por mis mejillas, dejando escuchar en el silencio varios gemidos ahogados.

Varios días después todo ocurría como si nada hubiese pasado, como era de costumbre en esa casa, haciendo oídos sordos y dejándose ciegos voluntariamente. Sungho se sorprendió al ver el moratón que me había salido en la comisura izquierda de la boca, pero a la hora de preguntarme mi madre le respondió que seguramente me había caído en el instituto.
Era tan hipócrita escucharlo de sus labios, escuchar como le seguía la corriente a ese engendro, como lo protegía... Aún sabiendo que si no fuera por mí, ahora en estos momentos el que estaría en mi lugar podría ser ella, o Jonghyun o incluso Sungho “el niño de sus ojos“.
Me levanté de la mesa y dejé mis platos sobre el fregadero.
Me dirigí a mi habitación intentando evadirme de ese ambiente, pero a los pocos segundos escuché como unos pasos chocaban contra el suelo y se acercaban más hacia mí, me giré para ver quien era y pude observar como Jonghyun entraba rápidamente en su habitación con la cabeza gacha cerrando la puerta tras de si.
Le miré con reproche, aún sabiendo que no me veía. No podía echarle toda la culpa de lo ocurrido aquella mañana, pero en parte sentía un poco de rencor hacia él, ya que sino hubiera sido por su culpa nada de eso hubiera pasado.
Entré en mi habitación, me senté en el escritorio, apoyando la cara en mis manos y observando fijamente la ventana de la habitación de Dongwoon.

“¿Nunca acabaría esto? ¿No podría vivir tranquilo?”

Me sumergí en un mundo de pensamientos, calculando todas aquellas posibilidades, todas las opciones que tenía. Quería acabar con todo esto, o que al menos Jonghyun y Sungho puedan vivir tranquilos.

Escuché unos golpes contra la puerta de mi habitación, pero no respondí.

-¿Puedo pasar?

Escuché la voz de Jonghyun al otro lado de la puerta. Volví a mí mismo, y me giré en la silla del escritorio para poder verle de frente.

-Pasa…

Jonghyun abrió la puerta y entró lentamente, escondiendo algo detrás de sí.

-¿Qué quieres?
-Bueno, yo…

Jonghyun evitaba mirarme directamente, las palabras salían entrecortadamente de su boca y notaba lo difícil que le era enfrentarse así a mí, sobre todo en estos momentos.
Jonghyun nunca a sido el típico niño amigable. Es demasiado débil, le afecta demasiado lo que ocurre a su alrededor, por eso, quizás sienta un poco de lástima hacia él, pero al mismo tiempo me molesta que no pueda valerse por sí mismo, que no sea capaz de defenderse.
Pero en cierto modo él es como yo, él está tan solo como yo.

-Quería pedirte perdón, ya no tienes a tu gato por mi culpa…
-No tienes porque pedir disculpas. -Le dije mientras le hacía señas con la mano para que se fuera de mi habitación.
-¡Por eso te traigo esto!

Miré con curiosidad lo que Jonghyun acababa de mostrar, me levanté de la silla y me acerqué despacio hacia él, miré fijamente el peluche que llevaba en las manos, lo cogí y lo arranqué lentamente de sus manos.
Miré fijamente a Jonghyun y coloqué una de mis manos en su cabeza.

-No tienes que pensar tanto en los demás… -Le susurré mientras me acercaba un poco más a él - Jonghyun, intenta pensar más en ti y en lo que te hace sentir bien.

Jonghyun asintió con la cabeza, pero me observaba con una mirada de desconfianza. Al final Jonghyun salió de mi habitación y yo volví a sentarme frente al escritorio, esta vez observando el peluche que me había dado.

Su tacto era algo rugoso ya que estaba hecho por lana de un color azul muy oscuro, casi negro, tenía unos ojos saltones y de color pardo “Al igual que 144” y no era mucho más grande que una cabeza humana.
Un pequeño lazo de color rojo llamó mi atención, lo miré con más detenimiento, observando la pequeña chapa de plástico dorado donde ponía “Miau, Miau” deshice el lazo y le quité la chapa.

-Mereces algo mejor que eso…-Susurré volviéndole a colocar el lazo de color rojo.

Dejé el peluche a un lado del escritorio y empecé a dibujar diferentes objetos para matar el tiempo, quizás alguno quedara bien con el lazo de color rojo.



-Este estará bien. -Dije mientras levantaba la hoja de la mesa.

Pero cuando volví a bajarla y colocarla sobre la madera vi a “144” mirándome a través del cristal de la ventana.
Giré mi cara para ver la hora del reloj y para mi sorpresa ya eran las 23:00 p. m.
Dejé a un lado las hojas con los dibujos y el peluche, y me dispuse a salir por la ventana para dirigirme a la casa de Dongwoon.
Pero en ese momento Jonghyun apareció por la puerta de mi habitación, observándome con medio cuerpo fuera de la ventana.

-Hyun… - Susurró él.

Volví a entrar inmediatamente en la habitación y cerré la puerta dejando a Jonghyun en el interior de mi habitación.
Me acerqué a él y le cogí por los hombros, mirándolo fijamente a los ojos.

-No le digas nada de esto a nadie.
-Pero…
-¿Me lo prometerás? - Dije mientras le apretaba ligeramente los hombros.
-Sí. -Susurró al fin.

Solté a Jonghyun y me alejé un par de pasos de él, mirándolo, observando la expresión que mostraba.
Abrí lentamente la ventana de mi habitación y empecé a salir por ella, pero justo cuando iba a asegurarla para que no se cerrase miré fijamente a los ojos de Jonghyun.
Un escalofrío recorrió mi espalda.

“Esa situación”

Era como si estuviera abandonando a Jonghyun a su suerte, como si yo me escapara hacia la felicidad dejándolo aquí. Pero era realmente lo que había hecho durante todo este tiempo, yo me evadía de los problemas dejándolo a él en este pozo.

“¿Y el día que yo no esté aquí?”

Abrí de nuevo la ventana de mi habitación y volví a entrar, cogí a Jonghyun por la cara y lo miré fijamente a los ojos.

-Jonghyun haz caso de las palabras que te voy a decir a continuación, porque te harán falta en el futuro…

Jonghyun me observó con una mirada de incomprensión en sus ojos, pero parecía que realmente estaba escuchando con toda su atención.

-Jonghyun, tienes que ser fuerte, tienes que aprender a defenderte por ti mismo ¿Entiendes? Tienes que aprender a cuidar de ti mismo.

Jonghyun asintió con la cabeza, pero aún me miraba con una expresión entre terror y tristeza.
Me alejé de él y me perdí atravesando la ventana de mi habitación.



-Pensé que no vendrías. -Dijo Dongwoon mientras se separaba de la pared del puente.
-Has enviado a 144 ¿No? -Dije mientras le enseñaba a 144 en mis brazos.

Nos sentamos en el borde del río, estuvimos allí mirando las estrellas de la noche durante casi media hora, desconectando del mundo, desconectando de los problemas.

-¿Qué tal la cara? - Me preguntó Dongwoon.
-El golpe se está curando. -Dije mientras me tocaba la cara con una de mis manos. -dentro de poco ya no quedará marca.
-Creo que sólo los estúpidos se creyeron que te habías tropezado en el instituto.
-La gente sólo ve lo que realmente quiere ver…

Dongwoon se levantó del césped y comenzó a andar dando círculos, pero se paró en seco con la mirada fija en un punto. Me medio levanté, dirigí mi mirada en dirección a lo que él estaba mirando, y pude observar como un grupo de chicos algo familiares se acercaban a nosotros.
Me puse en pie rápidamente y cogí a 144 entregándoselo a Dongwoon.
Dongwoon era mucho más rápido que yo y por lo tanto sería mucho más seguro que 144 estuviera con él, además… él era su dueño.

-¿Qué hacemos? - Preguntó Dongwoon.
-Vámonos de aquí…

Dimos unos cuantos pasos en otra dirección, pero por ese camino también comenzaron a aparecer más personas.

-Era extraño que no estuvieran todos… - Susurré mientras me giraba para ver a los que venían detrás de nosotros.
-¡Hey, vosotros! -Dijo uno de los chicos que venía en el primer grupo. -¿Qué tenéis ahí?
-Nada. -Dijo Dongwoon en un acto reflejo.
-No me parece a mí que no tengáis nada. - Dijo otro chico del segundo grupo, haciendo que Dongwoon se girara para mirarle.
-Vamos, darnos todo lo que tengáis.

Me acerqué un poco más a Dongwoon, observando como los ambos grupos avanzaban hacia nosotros.

-No tenemos nada. -Dije mientras miraba hacia todas partes, intentado buscar un lugar por donde poder huir.
-No te creemos… - Dijo uno de los chicos entre risas.
-¿Y ese gato? ¿Acaso es vuestro?
-Podríamos jugar un poco con él…

Las risas comenzaron a surgir de las bocas de esas personas, miré de reojo a Dongwoon que seguía sujetando a 144 entre sus brazos. Sabía que si nos quedábamos aquí nada bueno podría pasar, lo único que podíamos hacer era intentar huir.

-A la de tres echa a correr en dirección a tu casa ¿De acuerdo? - Le susurré.

Dongwoon me miró extrañado pero asintió con la cabeza, miré a las personas que se acercaban lentamente hacia nosotros y empecé a contar en voz baja.

-Vamos no os hagáis los héroes, dadnos todo lo que tengáis.
-Uno, dos… ¡TRES!

Ambos salimos corriendo en direcciones opuestas, los chicos reaccionaron tarde, pero se separaron para poder perseguirnos a los dos. Dongwoon desapareció enseguida entre las calles de la ciudad, sin embargo, a mí me había tocado el peor camino.
Corría con todas mis fuerzas entre la hierva, dirigiéndome hacia el otro puente que había a unos pocos metros más allá.
Pero justo cuando iba a pisar el suelo pavimentado de la carretera algo me agarró por la capucha de la sudadera y me lanzó hacia atrás, haciendo que cayera de golpe contra el suelo.
Las risas comenzaron a surgir nuevamente, y noté como abrían un pequeño espacio para que uno de los tipos pudiera verme mejor.

-Nos haces correr ¿Eh? -Dijo el chico que acababa de aparecer frente a mí. - no me gusta que me hagan correr...

Varias personas me arrastraron bajo el puente, me colocaron junto a unos tabiques y me inmovilizaron.

-Sabes lo que te va a pasar ahora ¿Verdad? -Dijo el mismo chico de antes sacando una pequeña navaja de su bolsillo. -¿Tienes algo que decir?

Algunos chicos empezaron a reírse de nuevo, y entre el jaleo pude escuchar como algunos de ellos creaban apuestas sobre cuanto tiempo tardaría en gritar del dolor.
Miré con furia a la persona que había frente a mí, pero en seguida una sensación de humedad y de dolor me recorrió el costado.
Apreté los dientes, y escondí un gemido entre ellos observando como una pequeña mancha de color oscuro empezaba a aparecer en mi sudadera.

-¿Acaso no tienes nada que decir?

Levanté la cabeza y le escupí en la cara a esa persona, la que seguramente debía ser el “jefe”.
El chico se puso de pie y se limpió la cara con la camiseta de uno de sus amigos.

-No deberías haber hecho eso… -Dijo mientras jugueteaba con su navaja, ahora manchada con un poco de sangre. -¿Queréis jugar un poco antes de que acabe con él? ”



El dolor no duró mucho tiempo, parece ser que me desmayé a los pocos golpes, lo último que recuerdo de mi vida fue despertarme en un charco de sangre, cubierto por el barro. Estaba tirado sobre la hierva, seguía junto al puente, pero parecía que ahora ya no estaba bajo él, sino que estaba tirado a unos pocos metros más lejos.
Observaba mi cuerpo, mi cara pálida, manchada por el agua de la lluvia, el barro y la sangre.

Levanté la vista, lo único que quería ahora era sentir la libertad, las gotas de lluvia caer en mi cara, la brisa del viento rozar mi piel una vez más, pero no podía, no podía sentir nada...

“Lo único que quiero ahora es vengarme de todas aquellas personas que me han hecho daño en esta vida.”
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