martes, 23 de noviembre de 2010

Capítulo 23.

Llegué al comedor y me senté en mi sitio como si nada hubiera ocurrido, cogí mis cubiertos y comencé a comer con ellos.

-Boram estás pálida, no deberías preocuparte tanto por Dongwoon él está bien, sus padres lo visitan a menudo…

-Mentira. - Pensé mientras comenzaba a masticar un trozo de zanahoria.

-Además, ese chico siempre ha sido muy solitario desde…

Todo quedó en silencio, note como las caras de las personas que estaban frente a mí comenzaban a palidecer, sabía que se referían a la muerte de Yoseob, pero claro, yo no debería saber nada de eso.
Jonghyun confió en mí contándome ese secreto pero dudaba que también hubiera sido tan valiente como para contarles a sus padres de que yo lo sabia todo, de que por su culpa una locura irremediable estaba creciendo dentro de mi cabeza.

-Ha sido muy solitario desde siempre. - Se apresuró a terminar la frase Sunmi. - Necesitamos que descanses más, Boram.

Asentí levemente con la cabeza mientras no levantaba la vista del plato, intentaba con todas mis fuerzas dejar todos aquellos pensamientos fuera de mi cabeza, hacer como si nada de esto hubiera pasado. Suspiré débilmente mientras me daba por vencida cuando noté un escalofrío en la espalda.

-No han cambiado nada…

Abrí los ojos de par en par al escuchar la voz de Yoseob detrás de mí, giré la cabeza disimuladamente para cerciorarme de que ahí estaba y lo vi apoyado contra la encimera de la cocina, observando como si nada lo que ocurría a su alrededor.

-Todo es tan extraño, no hay ni un solo recuerdo de mí, es como si ya se me hubieran olvidado.

Miré a Jonghyun, a Sunmi y a Soohyun; esperando ver algún índice de que estaban escuchando tan bien como yo la voz de su hijo y de su hermano, pero no fue así, estaban ensimismados en su comida.
Sentí otra extraña sensación justo cuando Yoseob se movía en dirección a su madre.

-¿Por qué me has olvidado mamá? - Dijo mientras se agachaba y se ponía a la altura de la cara de Sunmi, tan cerca que habría jurado que el aliento de Yoseob chocaba contra su mejilla.

-¡SUNMI!

Todos me miraron extrañados -incluido Yoseob- a la espera de lo que tendría que decir, pero al ver que no hablaba Sunmi me preguntó extrañada lo que pasaba.

-¡Eh! Creo que… la comida está deliciosa, muchas gracias.
-Oh, claro… - Sunmi me miró extrañada mientras me hacia una mínima reverencia de cabeza, pero no tardó demasiado en volver a comer, no sin antes volver a mirarme de arriba abajo, seguro que pensando que necesitaba mucho descanso en los próximos días.

Miré hacia donde se encontraba Yoseob y lo descubrí admirándome con una sonrisa burlona, comenzó a andar en mi dirección y apoyó una mano en mi hombro izquierdo. Me puse tensa al sentir esa extraña sensación. No era como un contacto normal, no sentía siquiera que algo rozara mi piel, pero sin embargo sabía que algo estaba allí y una de sus manos reposaba sobre mí.

-Boram deberías descansar, ya comerás después. - Dijo Jonghyun mientras me observaba apoyando los cubiertos sobre la mesa, con las manos en tensión.

Miré a mi alrededor de nuevo y pude comprobar que Sunmi y Soohyun me observaban con curiosidad.

-Sí, tienes razón “dongsaeng” - Dijo Yoseob mientras levantaba la mano de mi hombro y se dirigía a su padre. - Boram debería descansar… ¿Pero tú que opinas padre?

El hombre permaneció en silencio como si no hubiera escuchado nada, pero justo cuando Yoseob colocó una de sus manos sobre el hombro de este comenzó a toser como si se hubiera atragantado con la comida.

-¿Preferirías que se fuera a descansar? O quizás ¿Preferirías divertirte un poco con ella?

La tos de Soohyun empeoró hasta el punto de que su cara comenzó a ponerse colorada. Sunmi se levantó de su asiento y le ofreció agua mientras le golpeaba débilmente la espalda.
Miré a Yoseob atónita, esperando que no fuera él la causa real de todo aquello.

-Cariño ¿Estás bien?

Pero Soohyun no paraba de ponerse más rojo con el paso del tiempo.

-¡Jonghyun haz algo! ¡ Llama a alguien! - Decía Sunmi a punto de derramar las lágrimas que se acumulaban en sus ojos.

Yoseob parecía divertirse con esa escena, pero yo no podía ver más aquello, no podía soportar la sonrisa de satisfacción de su cara al estar acabando con la vida de su propio padre.
Me levanté de mi asiento y aparté casi de un empujón a Sunmi, apoyé mi mano justo donde la tenía Yoseob y le miré directamente a los ojos, suplicándole que dejara todo esto de una vez.

-Por favor… -Susurré esta vez para que me pudiera oír de verdad, y en el acto la rojez de la cara de Soohyun desapareció como lo hizo Yoseob.
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