sábado, 11 de diciembre de 2010

Capítulo 24.

Me abalancé al interior de la habitación, me senté en la cama sujetándome la cabeza con ambas manos.
Esto no podía estar pasándome a mí, sin duda era fruto de un mal sueño, y debía despertar de él. Sentí una extraña ráfaga helada a mi espalda pero no me hacia falta girarme para saber que él ya estaba tras de mí, escuche una respiración entre cortada cerca de mi oído, pero no levante la cabeza.

-Boram… - Susurró, dejando que su aliento chocara contra mí.

Sentí como un escalofrío recorría mi espalda y no pude evitar subir las piernas sobre la cama para abrazarlas con ambos brazos. Era imposible pensar que todo aquello podía ser real, como si una simple fantasía cobrara más y más fuerza hasta el punto de confundir si realmente todo aquello estaba sucediendo o no.
Sin el más mínimo sonido las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos, y no podía hacer más hasta esperar a que todo aquello pasara, a descubrir día que ya había despertado de ese mal sueño.

-¡Boram! - Se escuchó de nuevo.

Pero Boram estaba demasiado abatida y confusa para diferenciar lo que ocurría en la realidad y lo que ella se pensaba que estaba soñando.

-¡Boram voy a entrar! - Y la puerta se abrió de par en par dejando ante ella a un Jonghyun confuso al ver a la chica en esas condiciones sobre la cama. - ¿Pero que…?

Avanzó lentamente por la habitación hasta ponerse frente a mí, y como si de un acto reflejo se tratara cayó de rodillas al suelo y me abrazó lo más fuerte que podía.

-Nada de lo que ha pasado es tu culpa. -Empezó. - Por favor no sigas odio verte así…

Las lágrimas seguían cayendo por mis mejillas, pero ahora se debían a Jonghyun, al extraño abrazo que la reconfortaba, pero, seguía lloran ya que nunca sería tan valiente como para contarle lo que le sucedía a Jonghyun, que nunca podría volver a abrir los ojos si sabía que él la tomaba como una demente, si no creía ni una sola palabra de esa historia que tanto la atormentaba.

-Yo… - Susurré, pero me detuve al comprobar que Jonghyun había aflojado su abrazo y ya no me apretaba tan fuertemente contra su pecho.

El miedo volvió a invadirme, no podría soportar que se separara de mí, no podría soportar observarle con unos ojos fríos contra mí.

-T… te necesito a mi lado… -Dije dejando escapar las palabras como un débil susurro, deseando que él nunca las hubiera escuchado, pero al mismo tiempo agradeciéndome el peso que me había quitado decir esas simples palabras.

-Boram, yo nunca voy a dejarte…

Se alejó un poco de mí y me levantó la cabeza para obligarme a mirarle a los ojos. Unos ojos oscuros y profundos, unos ojos en los que me perdía, unos ojos en los que ya nada más me daba miedo, en los que nada más aparte de ellos tenía sentido.

-Eres parte de la familia ahora… nunca te abandonaré.

Descubrí de nuevo el frío en mi interior, un nudo se propagó a mi garganta y de repente comprendí que él nunca me vería como alguien más aparte de su “nueva hermana” , una niña que no tenía un cuerpo de mujer, una niña que se comportaba como una cría, una niña a la que nunca podría ver como a una mujer.

-Yo… - Balbuceé, pero vi tras de Jonghyun a Yoseob, quieto, con una expresión sombría en su cara y los ojos clavados en mí.

Aparté mi cara de la de Jonghyun como si me avergonzara de la proximidad entre nuestros rostros y una gran mascara tallada durante años se colocó sobre mi rostro.

-Tienes razón, no debería comportarme así… - Dije mientras me secaba las lágrimas y me forzaba a esbozar una pequeña sonrisa.

Jonghyun me miró de arriba abajo sin saber si estaba bien realmente, pero una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro y se levantó del suelo.

-Ya sé lo que necesitas, espérame aquí.

Y después de decir eso salió de la habitación, dejándome a solas con él, que me mirada con esos ojos fríos que habían aparecido nada más abrazarnos Jonghyun y yo.
Lo miré fijamente y sentí como él escudriñaba dentro de mi interior a través de su mirada.


-Él no te entiende, no al menos como yo. - Dijo Yoseob con un tono amenazador en la voz.

Comenzó a caminar por la habitación rumbo hacia mí, pero al ver que yo retrocedía y golpeaba la espalda contra la pared se paró. Dulcifico un poco su voz y dijo:

-Nadie te entenderá nunca excepto yo, veo claramente lo que pasa por tu cabeza, tus miedos, inseguridades… y sé que nunca nadie te aceptará tanto como lo estoy haciendo yo.

-¿Qué quieres decir? - Dije con un tono serio, intentando que no se notara que me horrorizara que alguien aparte de mí supiera todos los secretos que se escondían en mi cabeza. - ¿Acaso insinúas que me haces un favor aceptándome porque sabes que nadie lo hará? No necesito tu lástima, me iría mucho mejor si tú no estuvieras aquí.

Me iba a levantar para plantarle cara a Yoseob pero justo en ese momento alguien apareció por el marco de la puerta. Era Jonghyun, y llevaba dos cuencos en cada mano, cada uno con varias bolas de helado.
Me reconfortó la amplia sonrisa que se dibujaba en su cara, y no pude evitar asociar ese gesto a que estaba intentando consolarme, así acepté que prefería estar cerca de él aunque me viera como una niña a no estar nunca más a su lado.

- ¿Por qué no nos sentamos en las escaleras?- Dijo ofreciéndome un bol.
-Como en los viejos tiempos…
MyFreeCopyright.com Registered & Protected Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.